Son los nueve dedazos de Jordi Valmaña a empresas vinculadas a su hijo. El director general de Cementiris de Barcelona (CBSA) adjudicó 173.771,56 euros en contratos sin concurso a firmas en las que su retoño era alto cargo o tenía vinculación en 2017.

Como ya pasó en 2016, Cementiris no tuvo reparo en repetir y comprar servicios y productos a dos empresas, Hygeco España y Facultatieve Technologies, en las que G.T. Valmaña, hijo de Jordi Valmaña, es jefe del área de logística y calidad o tenía vinculación en tanto que era directivo de la filial, respectivamente.

"Poco ético"

Abogados expertos en contratación han indicado a este medio que los dedazos de Valmaña con empresas ligadas a su hijo no vulneran la normativa en contratación, el texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público de 2011. Sí que es, matizan, una práctica "poco ética".

Cualquiera que fuere la valoración, los hechos están negro sobre blanco en el propio resumen de contratación menor de Cementiris de Barcelona SA.

Nueve contratos

La empresa municipal adjudicó a Facultatieve tres contratos de 59.895 euros, 49.610 euros y 51.359 euros en enero de 2017. Las tres adjudicaciones se produjeron antes de que el grupo se desprendiera de Hygeco España en abril. En aquel momento, ambas empresas compartían oficina y equipo en Terrassa (Barcelona).

Hay más. En el resto del ejercicio y con un volumen mucho menor, Cementiris emitió otras seis facturas para Hygeco España por un valor mucho menor: 12.907,56 euros.

Cabe destacar que la enseña municipal compró hasta los sudarios para enterrar los restos del derrumbe del Cementerio de Montjuïc, que afectó a 144 nichos, a la empresa en la que trabaja el hijo del director general. Costaron 3.678,40 euros de dinero público.

"Todas ajustadas a ley"

Preguntada por la cuestión, una portavoz de Cementiris de Barcelona ha querido dejar claro que "todas las contrataciones realizadas por Cementiris de Barcelona se realizaron [sic] con arreglo a lo dispuesto en la Ley de Contratos del Sector Público".

Según la misma fuente, el director general de la sociedad adscrita a Barcelona de Serveis Municipals (B:SM) "no ha tenido ni tiene ningún pariente trabajando en Facultatieve". "Facultatieve es una empresa que tiene la sede social y física en Valencia desde hace meses", ha remachado la misma portavoz.

Misma sede

Todo ello es cierto, con matices. El hijo de Jordi Valmaña trabaja en Hygeco, que, a su vez, compartía sede con Facultatieve hasta el pasado junio, según consigna el Registro Mercantil. Una era la filial de la otra. La propia firma confirmó esta semana que G.T. aún trabaja en el departamento comercial de la mercantil.

Todos los contratos, ajustados a ley según la empresa y los expertos consultados, se otorgaron antes de la venta de Hygeco al grupo francés Abénex en abril. En otras palabras: Cementiris premió a la matriz y a la filial donde trabajaba el hijo del director general --en una posición de responsabilidad-- antes del cambio societario.

"La venta se produjo en abril. No sé concretar el día, pero el cambio debería tener lugar a principios de aquel mes, en abril de 2017", han confirmado desde Facultatieve, que ahora está radicada en Paterna (Valencia).

"No es delito, pero es poco ético"

Dos abogados expertos consultados por este medio han indicado que el proceder de Cementiris y su responsable, Jordi Valmaña, se ajusta a ley. Uno de ellos, no obstante, ha tildado de "poco ética" la gestión.

"Como normal general, los gestores públicos no pueden contratar a familiares directos, pero hay excepciones. Y la ley en vigor aplica sólo a los administradores de la empresa", ha indicado un letrado de Corsunsky & Moré, un bufete especializado en derecho mercantil. "Si no hay esa vinculación directa ni el parentesco es entre adjudicador y administrador, no se presupondría conflicto de intereses", ha agregado la misma fuente.

Incompatibilidades

Otro letrado que ha preferido no revelar su nombre ha recordado que "la gente tiene derecho a trabajar donde le plazca". Respecto a los gestores públicos y adjudicaciones a familiares, ha recordado el régimen de incompatibilidades de la ley en vigor.

"Todo lo que salga de ahí, y más en este caso que hablamos de un hijo no administrador, entra en el terreno de la ética. En este caso sería poca, pero no habría mimbres para un caso legal", ha concluido el profesional.