La Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé que en 2018 la tasa de desempleo en España se reduzca dos puntos porcentuales, hasta el 15,4% de la población activa.
El organismo ha hecho público este lunes su informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo, tendencias 2018, en el que vaticina que la tasa de desempleo mundial debería disminuir otros 0,2 puntos porcentuales en 2018 para llegar a 5,5% (desde el 5,6% del pasado año), una tasa inferior a los niveles anteriores a la crisis.
192 millones de parados en el mundo
De este modo, se prevé que el número total de personas desempleadas en todo el mundo permanezca estable, con una previsión de 192 millones para este año y 1,3 millones más para 2019.
A nivel europeo, la OIT cree que el desempleo descenderá hasta el 8,1% en 2018 y hasta el 7,8% en 2019. Las mayores reducciones, del orden de dos puntos porcentuales, se darán, según la OIT, en España y Grecia, hasta el 15,4% en el primero y hasta el 19,5% en el segundo.
También prevé que siga disminuyendo en Italia, Irlanda y Portugal, pero a un ritmo más lento que durante el período 2015-2017. Debería permanecer estable en Francia y el Reino Unido, aunque en este último país se estima que aumenté ligeramente en 2019.
En cuanto al crecimiento de la zona euro, se prevé un crecimiento del PIB ligeramente más lento, tras el repunte de 2017, con un 1,8% en 2018 y un 1,6% en 2019. La OIT cree que habrá una desaceleración en España y Portugal, aunque se mantendrá por encima del 2% en ambos.
Aumento del empleo vulnerable
No obstante, la OIT alerta del aumento del empleo vulnerable. En 2017, alrededor del 42% de los trabajadores en todo el mundo (1.400 millones de personas) se encontraban en esta situación y prevé que este porcentaje permanezca especialmente elevado en los países en desarrollo y emergentes, donde superaría el 76% y el 46%, respectivamente.
"Es preocupante que la proyección actual indique una revisión de la tendencia, con un aumento anual de 17 millones de personas en empleos vulnerables en 2018 y 2019", señala el informe.
"En los próximos años, se estima que el número de trabajadores que viven en pobreza extrema se mantendrá por encima de 114 millones, afectando a 40% de las personas con un empleo en 2018", ha explicado el economista de la OIT Stefan Kühn, principal autor del informe.
Subutilización de mano de obra
Asimismo, el informe recoge que muchos países siguen notificando una tasa elevada de subutilización de la mano de obra, un amplio porcentaje de trabajadores desanimados y una creciente incidencia del empleo a tiempo parcial involuntario. En este sentido, este tipo de trabajadores puede llegar al 70% en países como España, Italia y Grecia.
Otro importante problema mundial que refleja el informe es la falta de oportunidades de empleo para los jóvenes (personas menores de 25 años de edad), con una tasa mundial de desempleo del 13%, tres veces más elevada que la de los adultos (4,3%).
También es importante la desigualdad de género en el mercado laboral, con las mujeres con menos probabilidades y un déficit de participación mundial de más de 26 puntos porcentuales respecto de los hombres. Además, según la OIT, una vez que tienen empleo padecen la segregación por lo que se refiere al sector, la ocupación y el tipo de relación de empleo, lo cual limita su acceso a un empleo de calidad.
Desaceleración del crecimiento
El informe también señala que se prevé que los próximos decenios continúe la desaceleración en el crecimiento mundial por el aumento de la esperanza de vida y la caída de las tasas de natalidad, de modo que la fuerza de trabajo mundial no alcanzará para compensar una reserva de jubilados en rápido aumento, y someterá a presión tanto a los sistemas de pensiones como al mercado de trabajo en su conjunto.
Así, en los países desarrollados, donde el envejecimiento de la población es considerablemente más veloz, se estima que para 2030 habrá cerca de cinco personas de 65 años o más por cada diez personas en la fuerza de trabajo, un aumento con respecto a las 3,5 de 2017.
A nivel mundial, se prevé que la edad promedio de la fuerza de trabajo aumente desde casi 40 años en 2017 hasta 41 en 2030, con un crecimiento considerablemente más rápido en Europa y Asia Oriental, en particular en China.