Los sindicatos de Banco Santander han anunciado este jueves que más de 750 trabajadores de la entidad se han adherido de forma voluntaria al expediente de regulación de empleo (ERE) que se había abierto en el grupo financiero. La reestructuración que se enmarca en el proceso de integración de Banco Popular, que contempla la salida de 1.100 empleados mediante prejubilaciones y bajas incentivadas. Es decir, el 3,1% de la plantilla conjunta.
El 70% del total de las plazas estaban cubiertas el pasado 27 de diciembre, el último día en el que los representantes de los trabajadores hicieron el conteo.
Proceso abierto hasta el 31 de enero
Pueden optar a la prejubilación los empleados que superen los 50 años de edad. Recibirán el 80% del salario más primas en función de su antigüedad laboral. Las mismas que podrán optar el resto de empleados que se decidan por una baja incentivada.
El ERE estará abierto hasta el próximo 31 de enero. Los sindicatos confían en que el número de adscritos supere las 900 personas para esa fecha, por lo que se muestran optimistas en rebajar al mínimo las bajas forzadas. El banco liderado por Ana Botín responderá a los afectados a partir del 10 de enero.
Mayores de 62 años
En cuanto a los colectivos que se unen de forma mayoritaria al proceso, los representantes de los trabajadores reconocen que el diseño de las condiciones de salida genera una reticencia a los mayores de 62 años de sumarse al ERE. Este colectivo solo recibiría una indemnización de 20 días por año de servicio con un máximo de 12 mensualidades.
Trabajadores de la red comercial también ha mostrado su interés en inscribirse. Pero por ahora no podrán, ya que la integración de la red de ambas entidades no se prevé terminar hasta 2019.