El fin de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica fue especialmente dura entre los trabajadores de la construcción, pero el perfil profesional de los demandantes de empleo no responde a las necesidades actuales del mercado laboral. Faltan mecánicos, torneros e instaladores que estén preparados, lamentan las patronales del sector.
Y eso que la recuperación de la actividad llega en un momento en el que persisten grandes bolsas de desocupación. De los 3,4 millones de parados que había en noviembre en España, 303.768 eran de la construcción, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Demandas de la industria 4.0
Su principal problema es que no están preparados para responder a las demandas de la Industria 4.0. “No encontramos mano de obra cualificada”, indica el director general de la Asociación de Gremios de Instaladores de Cataluña (AGIC), Raúl Rodríguez.
El ejecutivo de la organización que representa a más de 5.500 empresas catalanas de ámbitos como la climatización, la electricidad o la energía explica que su ocupación actual ya no se basa sólo en encargarse de los tubos y los cables de una obra. De hecho, asegura que eso es la parte menos importante de la facturación de las compañías porque no se ha avanzado de forma sustancial en las nuevas promociones. Cabe tener en cuenta que el indicador del clima de la construcción (ICC) en el país aún estaba en un nivel de -12,7 puntos en noviembre.
“Después de la burbuja las empresas se han transformado”, recuerda Rodríguez. Han avanzado en nuevos campos como la asesoría energética en los que se requieren perfiles técnicos pero con un nivel de preparación superior. Necesitan estar capacitados para las innovaciones tecnológicas que se han instaurado.
Reforma de la FP
El directivo de AGIC asegura que hay una “falta de interés” para formarse en estos campos. Tanto en cursos de reciclaje como en las generaciones más jóvenes. Asegura que la percepción ciudadana es que se trata de una preparación profesional de baja calidad aunque hay una alta posibilidad de encontrar un empleo y se trata de una de las pocas profesiones que se pagan por encima de convenio y pide un cambio en la Formación Profesional (FP) para atraer a más alumnos hasta estos oficios.
El presidente de la comisión de FP de Foment del Treball, Manuel Rosillo, hace una lectura parecida: “La FP no es suficientemente flexible para adaptarse a las necesidades de las empresas”.
Agentes sociales en la gobernanza
Propone que para solucionar esta problemática los agentes sociales tengan presencia en la gobernanza, no en la gestión, del sistema para “generar complicidades y corresponsabilidades”.
Rosillo impulsó un estudio en el Baix Llobregat a través de la patronal AEBALL en el que comparaba las contrataciones ofrecidas en el sector industrial y las titulaciones sobre oficios reglados entre marzo de 2016 y de 2017. Sólo en esa zona, existía un déficit de 900 personas preparadas.
Incremento de costes
Los representantes patronales recuerdan que el desarrollo de la Industria 4.0 llevará a mayor tecnificación de los procesos productivos, por lo que esperan que esta necesidad de perfiles preparados vayan a más.
Alertan de que persistir en el déficit de mano de obra abre la puerta a un incremento de los costes laborales de las compañías y, en última instancia, de la factura de los servicios. Por ello, piden impulsar los planes formativos. Tanto la dinamización de la FP para popularizarla como los cursos impulsados desde las propias asociaciones empresariales.