Carles Vilarrubí Carrió ha enajenado el 29% que poseía en la firma guipuzcoana Oxer Sport, dedicada a la organización, producción y dirección de eventos deportivos. El comprador es Carlos García Piqueres, que de esta forma se hace con el 100% del capital. Vilarrubí poseía el paquete por medio de su sociedad CVC Sports.

Tras la compraventa, Vilarrubí ha cesado de presidente. Además, la sociedad ha suprimido el consejo y pasa a regirse por dos administradores mancomunados, el citado Carlos García más Álvaro Arrieta Konyay. Este último está casado con la presidenta del PP en el País Vasco, Arantza Quiroga.

Repunte de beneficios

Oxer facturó el pasado año 5,6 millones de euros, frente a los 4,4 millones anteriores. El beneficio se disparó de 33.500 a 255.000 euros.

Vilarrubí, antaño perejil de todas las salsas empresariales vernáculas, ha caído en desgracia desde que en 2015 se le imputó en la Audiencia Nacional por sus turbios negocios con Jordi Pujol Ferrusola.

Ese mismo año, una batida policial registró su casa de Pedralbes, donde vivía con su esposa Sol Daurella, jefa suprema de las concesionarias de Coca-Cola en Europa. El matrimonio reside ahora en Londres.

En la misma operación se inspeccionaron los domicilios de Jordi Pujol Soley y de tres de sus hijos, más el de Carles Sumarroca.

Por este episodio, Vilarrubí ya ha tenido que declarar varias veces, primero en calidad de testigo y luego en calidad de investigado.

Dimisiones y ceses

Desde la espectacular operación anticorrupción, este hombre de negocios y experto comisionista dimitió de vicepresidente del FC Barcelona. Además, el pasado verano el afamado banco Rothschild España, especializado en la administración de grandes patrimonios, le destituyó de vicepresidente.

En octubre último, Madrid Horse Week, organizadora de la copa mundial de hípica que se celebró en noviembre, le dio el cese de presidente de la entidad.

Todavía se mantiene como vicepresidente del consejo de administración de Fira de Barcelona, pero en medios próximos a esa institución se dice que tiene los días contados.