La prudencia será de nuevo la máxima en el segundo expediente disciplinario que Foment del Treball ha abierto a Cecot, la organización díscola de Terrassa. Su presidente, Joaquim Gay de Montellà, tiene desde el 4 de diciembre en su despacho el informe jurídico que había encargado sobre las consecuencias de los reiterados desplantes de la entidad presidida por Antoni Abad.
El comité ejecutivo de Foment es el que deberá analizar el documento y decidir qué respuesta se da a los tarrasenses. El órgano directivo se volverá a reunir este lunes. Según sus participantes, el debate no estaba contemplado formalmente en el orden del día a mediados de semana, aunque se da por sentado que se abordará en algún momento de la sesión.
Tres escenarios de resolución
El informe, según fuentes internas de la patronal, no lleva a una ruptura inmediata con Cecot. Se limita a señalar los tres escenarios con los que se podría resolver el nuevo conflicto que se mantiene.
Que Abad cesara en sus actuaciones al margen de los estatutos de Foment sería la primera opción. La segunda pasaría por que se activaran los mecanismos de mediación de que dispone la organización para intentar llegar a un pacto; y el tercero, la expulsión de la organización de Terrassa.
Incompatibilidad de actuaciones
Sólo se optaría por esta opción si fracasan los dos anteriores y no implica una actuación proactiva de la patronal adscrita a CEOE, añaden los mismos interlocutores.
Simplemente se concluye que la actividad actual de Cecot se hace incompatible con la de su casa madre porque persiguen el mismo objetivo. Es decir, conseguir que la Generalitat le reconociera la representatividad, hecho que la convertiría en un interlocutor con las administraciones públicas, y ejercer de patronal multisectorial en toda Cataluña.
Valoración de la junta y del pleno
Pero si se optara por esta alternativa, la más dura, la expulsión no sería inmediata. Primero se debería dar audiencia a Abad u otros representantes de Cecot que justificaran su continuidad en Foment del Treball. Además, serían la junta directiva, primero, y el plenario, después, los órganos que deberían autorizar el proceso.
El expediente no se resolverá de forma inmediata, concluyen.
División en Foment
Otras fuentes de Foment señalan que existe una división en el seno de la patronal sobre la resolución del conflicto con Cecot. Reconocen que la organización de Terrassa se ha pasado de frenada en sus desplantes.
Tanto en los enfrentamientos directos con Foment como en los desmarques de la patronal. Escuece especialmente la decisión de Abad de mandar una carta al ministro de Economía, Luís de Guindos, en la que afeaba el decreto que facilitaba la tramitación de los cambios de domicilios sociales e intentar sumar a otras organizaciones de la patronal a este objetivo. Contrario, precisamente, a la decisión tanto de Foment como de CEOE y que implicaba prejuzgar a los empresarios que habían optado por esta opción.
Pero también recuerdan que fue el propio Gay de Montellà el que calificó de “fracaso” hace un año que las discrepancias entre ambas organizaciones acabaran con su divorcio. En ese momento firmaron las paces. Lograron consensuar un documento de acuerdo para continuar de la mano. El que Cecot lo ha incumplido en cuestión de meses.