La crisis abierta por el enroque en el relevo del consejo de administración de Fira Barcelona propiciará una situación inaudita hasta la fecha. José Luis Bonet, el presidente del órgano directivo, que se mostró este jueves crítico con la paralización impuesta por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ratificará un año más las cuentas de la institución. Será la 14 ocasión en que sanciona la principal herramienta de gestión del organismo público-privado.
Su director general, Constantí Serrallonga, indica que ya han empezado a detallar los números del próximo ejercicio, un año en que se celebrará el salón Alimentaria, por lo que no será comprable con el ejercicio en curso porque la actividad es mayor en losaños pares. Más allá de esta distorsión, se espera marcar otro hito de facturación.
Presupuesto aprobado por el comité
“Fira Barcelona funciona como una empresa privada”, recuerda el ejecutivo. Dotarse de un presupuesto es básico para ordenar el ejercicio y hacer una previsión de gasto o inversión, pero no se gestiona por epígrafes como en el sector público ni la ley marca que se deban presentar. “Es una herramienta de gestión”, añade.
El 1 de enero, la institución tendrá sus propias cuentas para el año que empieza. La hoja de ruta se aprobará en la reunión mensual del consejo de administración pero no habrá sido bendecida por el consejo general, el principal órgano de dirección de la organización, presidido por el Ayuntamiento de Barcelona --Ada Colau-- y con presencia de la Generalitat de Cataluña y de la Cámara de Comercio de Barcelona. Es decir, con representación de las tres instituciones que impulsan Fira Barcelona.
Dos reuniones al año
Los estatutos de la institución marcan que este organismo, como mínimo, se reunirá en dos ocasiones cada año, en julio y en diciembre. La alcaldesa se ha opuesto a convocar el encuentro navideño, en el que habitualmente se cerraban las cuentas de un año y se presentaban las del próximo.
Se niega a hacerlo porque la reunión implicaría abordar la renovación del consejo de administración, despedir a cinco de los nueve consejeros que lo conforman y nombrar a un nuevo presidente. Pero Colau se opone a ejecutar los cambios con el artículo 155 en vigor.
Nuevo Gobierno de la Generalitat
La alcaldesa de Barcelona ha manifestado que hasta que no salga un nuevo Gobierno de la Generalitat de las urnas del 21D no agendará la reunión, con la consiguiente paralización del proceso de renovación que ha sido contestada desde la parte empresarial.
Ésta considera que la decisión es una injerencia política, que desde la refundación de Fira Barcelona en el 2000 se ha intentado evitar. Los ejecutivos catalanes defienden que los años dorados de la institución, cuando más ha subido la facturación y más internacional se ha convertido, han sido los que se ha aplicado una gestión empresarial de la institución público-privada y piden que así se mantenga.
Se ha abierto una crisis por prolongar hasta el primer trimestre de 2018 los cambios; un problema en la gobernanza de la institución que los gestores aseguran que no afectará el funcionamiento del día a día.