El turismo de bodas para recuperar la estabilidad turística en Barcelona. La capital catalana se ha convertido en uno de los destinos preferidos para darse el "sí, quiero".
El Tibidabo, Montjüic, el Hotel W, el Parc Güell y la Casa Batlló son los emplazamientos más solicitados por los turistas que viajan expresamente para casarse en Barcelona.
Las Destination Weddings se han puesto de moda en los últimos años. La ciudad catalana ya es todo un referente en este modelo de negocio. Así lo explica Sonia Martínez, de la empresa Barcelona Wedding, a Crónica Global. Añade que la motivación principal de sus clientes es que "lo hacen a conciencia": "Les encanta la ciudad y les parece muy bonita".
En ocasiones, "uno de los dos prometidos es catalán y quiere volver a casa para celebrarlo con su familia". En Barcelona, "saben que van a encontrar una oferta de ocio muy amplia y que van a ofrecer a sus invitados una experiencia diferente", entiende Martínez.
Turismo de lujo
Toda ceremonia conlleva una organización y una lista de invitados que preparar. Un hecho que repercute positivamente en el tejido económico de la ciudad. Los más beneficiados son los hoteles y los restaurantes: "Gastan mucho dinero. En mayo, por ejemplo, tuvimos una boda de una pareja de Dubái con 300 invitados y todos ellos querían una habitación en un hotel de cinco estrellas en el paseo de Gràcia", revela Martínez.
La estancia habitual es de tres noches de media, aunque depende del origen de los prometidos: "Normalmente los europeos reservan un fin de semana, mientras que los de otros continentes pasan cerca de una semana".
Parejas de múltiples nacionalidades ya han decidido casarse en Barcelona. "Han pedido nuestros servicios desde Perú, Colombia, Francia, Singapur, Miami y de toda Europa". En el caso de los ingleses, "son los que más acostumbrados están a casarse fuera de casa".
Nicho de mercado
La gran mayoría de sus clientes opta por "bodas simbólicas". Muy pocos buscan casarse por la iglesia. "Si lo desean, nosotros nos encargamos de todo el entramado jurídico", señala la wedding planner.
Turisme de Barcelona reconoce que está estudiando este nicho de mercado para que la ciudad sea referente en este ámbito: "Nuestro posicionamiento es tan bueno que podemos recuperar el terreno perdido", argumentan desde el consorcio turístico.
Los 'millennials' españoles, en casa
Los españoles, sin embargo, prefieren casarse en casa. Los millennials nacionales buscan bodas "personalizadas y cercanas". Así lo indica Marta Gilabert, de la agencia La Puta Suegra.
"Muchos son los que viven en otros países y que vuelven a casa para casarse de la forma más económica posible", señala Josep Plana, CEO de la misma empresa.
Este método, importado de Estados Unidos y Francia, también repercute económicamente en el turismo: "Invitan a la gente que han conocido en el extranjero".
La moda actual implica transformar las bodas. La música clásica da paso a disyóqueis que amenizan la velada durante toda la noche. La tecnología gana relevancia, con apps para dialogar e incluso para ligar entre invitados.