El Consejo de Expertos Económicos del Gobierno de Alemania, conocido popularmente como los cinco sabios, considera que el Banco Central Europeo (BCE) debería comunicar "sin demora" la estrategia para la normalización de su política monetaria y terminar con las compras de deuda antes de la fecha señalada, que la institución ha retrasado hasta al menos finales de septiembre de 2018.
En su informe anual, los cinco expertos señalan que la política monetaria del BCE sigue siendo "extremadamente expansiva" y la reciente decisión de extender la duración del programa de compra de activos contribuirá a que el grado de expansión sea incluso mayor, a pesar de que la evolución macroeconómica reclama un significativo ajuste monetario.
Aliviar la incertidumbre
"Mientras no existe riesgo de deflación, los riesgos para la estabilidad financiera han aumentado", advierte el consejo, que reclama al BCE la comunicación "sin demora" de una exhaustiva estrategia de normalización de su política monetaria para aliviar la incertidumbre en los mercados.
"El BCE debería terminar las compras de bonos antes de lo anunciado", añaden los sabios, quienes defienden que la institución debería reaccionar a los incrementos del crecimiento y la inflación "simétricamente" a como lo hace ante caídas de dichos indicadores, apuntando que en función de la evolución de dichas referencias el BCE podría acometer subidas de tipos y en el largo plazo reducir su balance de forma gradual.
Nuevas 'burbujas'
"Los riesgos en el sistema financiero han aumentado como resultado de la política de bajos tipos de interés", sostienen los expertos germanos, señalando el riesgo relativo a la aparición de burbujas en el precio de activos como la vivienda y los bonos, así como la amenaza que supone el incentivo para los bancos de los actuales tipos de interés para la concesión de préstamos de larga duración a tipo fijo, mientras dependen de financiación a corto plazo.
De este modo, ante la posibilidad de que una subida rápida del precio del dinero previsiblemente provocase turbulencias en el sistema financiero, además de elevar de forma considerable los costes de financiación de gobiernos altamente endeudados, el BCE se encontraría en una posición de "dominación fiscal" que disuadiría a la entidad de ajustar su política monetaria en la medida necesaria.