Foment del Treball ha tomado una decisión prudente ante las discrepancias manifiestas con su organización territorial díscola, Cecot. La organización de Terrassa presidida por Antoni Abad dispondrá ahora de un mes para responder a las cuestiones que motivarían su expulsión de la gran patronal catalana.
Se recogen en el expediente que el comité ejecutivo de la gran patronal catalana ha anunciado que le abría este lunes y que después ha sido ratificado en la junta directiva. Dos sesiones que han sido tensas, según los presentes, y que han provocado que incluso se le cuestionara abiertamente a Abad si realmente quería o no seguir dentro de la institución que representa los intereses de los empresarios catalanes.
Al terminar, los portavoces de la patronal presidida por Joaquim Gay de Montellà han emitido un escueto comunicado en el que se reconoce que que se estudiará si Cecot "ha llevado a cabo actuaciones contrarias a las normas de funcionamiento de Fomento en el ámbito territorial".
Carta a De Guindos
El punto de inflexión con la organización de Terrassa es la carta que mandó al ministro de Economía, Luis de Guindos, hace una semana en el que solicitaba retirar el Real Decreto sobre movilidad de operadores económicos dentro del territorio nacional. La norma que facilitaba a las empresas aprobar un cambio de domicilio social sin pasar por la junta de accionistas.
Abad intentó primero que Fepime, la organización que representa a pymes y está adscrita a Foment, se uniera a su propuesta. Tras el portazo de la patronal presidida por María Helena de Felipe, tocó a otras territoriales y sectoriales con igual suerte. Se quería evitar una crítica abierta a las casi 2.500 compañías que han optado por un cambio de sede social para hacer frente a la inseguridad jurídica que generó el 1-O y las jornadas que le han seguido.
Finalmente, la remitió de “forma unilateral” al Ministerio. Algo que no ha caído como un jarro de agua fría a la patronal, que recuerda que también la representa en acciones de este tipo.
Convocatoria del ‘paro de país’
También ha motivado el expediente que Cecot fuera uno de los convocantes del llamado paro de país el pasado 3 de octubre que ahora los independentistas quieren repetir. “¿Desde cuándo una patronal debe organizar una huelga general?”, inquiría una de las fuentes consultadas.
Coinciden en que la posición de la patronal de Terrassa respecto al proceso independentista, donde ha chocado con Foment del Treball, no representa el argumento principal del expediente que se le ha abierto. Los interlocutores consultados indican que las reflexiones políticas son libres en la organización, pero que sí se deben cumplir los reglamentos internos de la patronal y que tanto Abad como su mano derecha, David Garrofé, los conocen.
Acuerdo el pasado febrero
Les resta, asimismo, que llevara de nuevo la reunión anual de Cecot en el Auditori de Barcelona, donde fue recibido entre aplausos el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. No se quedaron en el recinto ferial de Terrassa, donde se había celebrado durante años.
Todos estos desplantes que se han enumerado durante las reuniones de la cúpula de la patronal, donde ha estado presente Abad, tienen lugar cuando no ha pasado ni un año desde que Foment y Cecot firmaran las paces. El pacto se firmó el 6 de febrero. El desenlace de las tensiones históricas entre ambas organizaciones tendrá en el encuentro de la comité y la junta directiva de diciembre.