Celsa, el gigante siderúrgico de la familia Roviralta, ha conseguido cerrar la mayor refinanciación que estaba en marcha en Cataluña desde principios de 2016. Tras meses de debate y una severa dieta de crisis con desinversiones obligadas, el grupo ha conseguido el visto bueno del 90% del pool de acreedores para aprobar una operación que alcanza los 2.700 millones de euros.
Banco Sabadell, Caixabank, Santander, Bankia, Popular y Abanca fiscalizarán que se cumplan los compromisos adquiridos hasta noviembre de 2022. Aunque la mayoría del pasivo, unos 1.250 millones, se deberán devolver en un vencimiento único a finales de 2023.
Estas entidades suman unos 1.350 millones del pasivo total. Los Rubiralta esperan que su apoyo arrastre al resto de entidades del pool, ya que por ahora no existe la voluntad de asumir más pasivo. Un problema en estos momentos porque algunos de los minoritarios ya han comunicado su decisión de desmarcarse del acuerdo.
Profesionalizar la gestión
La banca acreedora, tras rebajar las previsiones de negocio en verano de 2016 y forzar el plan de desinversiones para conseguir ingresos extraordinarios, obliga ahora a la familia propietaria a profesionalizar el gobierno de corporativo. Deberá crear un consejo de administración en la siderúrgica con como mínimo dos vocales independientes que deberán contar con su visto bueno, tal y como publica Expansión.
No es suficiente el órgano directivo que se constituyó hace meses en la holding, Barna Steel, con representantes de la familia y directivos del grupo de su estricta confianza. Tanto el hasta ahora presidente y consejero delegado, Francesc Rubiralta, como sus hermanos Ignasi y Carlota. De los ejecutivos cercanos figuraban el director de desarrollo de negocio, Francesc Mesegué, y el director financiero, Juan Carlos Orozco.
Competencia desleal desde China
Celsa cerró 2016 con un resultado bruto (ebitda) de 288 millones. La facturación alcanzó los 3.386 millones y se vio afectada de nuevo, según denuncian desde la compañía, por lo que consideran que es competencia desleal de productos que vienen desde China. Aseguran que el dumping es el principal problema con el que debe hacer frente la compañía.