Comprar un piso no es tarea sencilla, menos cuando el presupuesto es acotado y el tiempo limitado. Cualquiera que haya pasado por esa experiencia sabe la importancia de tener profesionales que ayuden a la hora de tomar la gran decisión, aunque esos expertos salen más a cuenta cuanto más cara es la propiedad.
El servicio de personal shopper o asesor de compras en el mundo inmobiliario no es nuevo, pero sí poco conocido. La Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (Aepsi), fundada en 2013, ha estado presente por tercer año consecutivo en el Barcelona Meeting Point.
Reducción del precio
Según explica su fundador y presidente, Enric Jiménez —también es director ejecutivo de Somrie—, el crecimiento de esta figura está al alza, tanto que en 2017 la suma de operaciones de los personal shopper inmobiliarios que forman parte de la asociación alcanza la cifra de 210 millones de euros.
El objetivo de Aepsi es regular la profesión y promover el servicio llegando al máximo de clientes posibles. En opinión de Jiménez, "en los próximos años esta figura se popularizará y llegará a todos los estratos sociales": "Los compradores lo perciben cada vez más como una excelente forma de comprar una vivienda, ya que un personal shopper puede conseguir una reducción en el precio de venta o alquiler de entre un 5% y un 12%".
Paso a paso
Los pasos a seguir para comprar un piso con un asesor de compras inmobiliario son relativamente pocos. Comienza con acudir a una de sus oficinas y plantear la necesidad; luego, los profesionales investigan si ese deseo del cliente es viable, estudiando sus cuentas y buscando las opciones acordes a la solicitud. Una vez halladas algunas opciones, se invita al cliente a visitar dos o tres pisos, y tras su decisión se hace una oferta al vendedor. Una vez aceptada, se pasa a la transacción.
En cuanto al coste, Jiménez explica que depende del servicio que se ofrezca pero que más o menos ronda los 6.000 euros u 8.000 euros, y se trata de una tarifa plana. “Claramente, si alguien quiere gastarse 250.000 euros en un piso, intentamos que lo pueda comprar por 240.000 para que de su presupuesto también salgan nuestras comisiones”. El tiempo que tardan en encontrar una vivienda es en promedio de cuatro meses.
1.000 millones en comisiones
El servicio de tarifas fijas comienza a ser tendencia en el mercado inmobiliario. Según Ignacio González, cofundador de la inmobiliaria digital sin comisiones Cliventa: “Aunque el sector es opaco y falta transparencia en la comunicación de sus honorarios, haciendo unos simples cálculos podemos concluir que el vendedor de vivienda en España ha pagado en promedio más de 7.000 euros en comisiones de agencia al vender, en el primer semestre de 2017”. Lo que supone un total de más de 1.000 millones de euros en comisiones de agencia en estos seis meses.
Aunque todavía incipiente, la categoría de inmobiliaria digital sin comisión supone ya cerca del 0,15% del total de transacciones de vivienda libre de segunda mano. Este tipo de empresas ofrecen un servicio completo para vender una casa sin comisiones por una tarifa fija un 90% más barata de lo que pagaría el propietario con una agencia tradicional. Con esta propuesta de valor cabe esperar que este tipo de compañías alternativas representen cada vez mayor cuota de participación en el sector en los próximos años.
Incertidumbre en el mercado
En cuanto a la afectación que el mercado inmobiliario está sufriendo en Cataluña como consecuencia del contexto político, Jiménez explica: "En 2016 hemos tenido una mejoría muy importante que se venía manteniendo en 2017, aunque a mediados de septiembre se ha notado la baja de las operaciones en Barcelona".
La disminución de ventas —como se ha demostrado en el transcurso del Salón Inmobiliario de este año— se ha visto sobre todo en la disminución del interés del cliente extranjero. “Yo siempre les digo que Barcelona con o sin independencia es una ciudad maravillosa, con playa, donde se come bien, y no hay ningún problema con invertir aquí, pero la incertidumbre es un problema para ellos”.
Con relación a los intereses de los compradores, asegura que la mayoría buscan viviendas con terraza, pisos que hayan mantenido los acabados del 1900, con suelos hidráulicos, y las nuevas generaciones que suelen buscar pisos pequeños. Los rangos de precio que manejan los asesores suelen variar desde los más ajustados (250.000 euros a 350.000 euros), los más ambiciosos (300.000 euros a 400.000 euros) y “los caprichos” que suben de los 500.000 euros.