La mayor operación de refinanciación de deuda de los últimos años en el tejido empresarial catalán entra en su recta final. Celsa y la banca acreedora ya tienen fecha para poner el broche a una compleja operación de 2.700 millones de euros, que empezó a gestarse en febrero de 2016 y que abarca un período de cinco años.
El 31 de octubre es el día previsto para la firma de la restructuración del pasivo de la corporación industrial propiedad de la familia Rubiralta. El principal objetivo era tener cerrada la operación antes de enero de 2018, cuando, de acuerdo con el actual contrato, Celsa debía devolver a la banca 600 millones de euros.
El pasado 27 de julio Celsa y las seis principales entidades acreedoras alcanzaron un acuerdo inicial. Estos bancos son Santander, BBVA, Sabadell, Caixabank, Bankia y Abanca, que acumulan el 71% de la deuda total.
Tres partes
La refinanciación de la deuda del grupo familiar excluye quitas y desglosa el importe total en tres tramos: 500 millones para necesidades de circulante, 900 millones que se amortizarán en un plazo de cinco años y 1.300 millones de euros que quedan aparcados, pero por los que Celsa deberá abonar intereses.
La intención de la compañía familiar es ir traspasando esta última deuda al segundo tramo en función de los niveles de ebitda. Los bancos confían en que el cumplimiento del plan estratégico de la firma hasta 2021 permita a Celsa afrontar estas obligaciones.
El grupo siderúrgico presidido por Francesc Rubiralta —hijo del fundador— se dedica a la producción de acero a partir de chatarra mediante el uso de hornos eléctricos. Cuenta con instalaciones de laminado, donde fabrica principalmente productos como alambrón y corrugado. Celsa tiene plantas en España, Gran Bretaña, Polonia, Dinamarca, Noruega y Francia, donde prevé reforzar su actividad con una nueva factoría en Bayona.
Contrato
El pasado ejercicio, la compañía con sede en Castellbisbal (Barcelona) registró una cifra de negocio consolidada de 3.386 millones y un ebitda de 288 millones de euros. Su producción de acero rozó en 2016 los siete millones de toneladas.
Como recoge Expansión, durante los últimos meses se ha ido redactando el correspondiente contrato de refinanciación y se han actualizado las previsiones de negocio contempladas en el documento que Celsa entregó en su día a la banca y que, por encargo de ésta, analizó y validó KPMG el pasado octubre.
En las negociaciones con la banca, Celsa ha contado con el asesoramiento de AZ Capital y Cortés Abogados. Por su parte, Houlihan Lokey y Uría —además de KPMG— han prestado sus servicios a las entidades acreedoras.
Tensión catalana
El clima de tensión política que se vive en Cataluña no ha impedido que el proceso haya podido avanzar en las últimas semanas.
Por el momento, Celsa no tiene sobre la mesa un hipotético traslado de su domicilio social fuera de Cataluña.