Siguen las advertencias de organismos internacionales a Cataluña. S&P augura malos tiempos para la economía catalana. La agencia de calificación valora que podría entrar en recesión en caso de haber un gran impacto económico como resultado del conflicto político. Considera que si la situación económica continúa, su crecimiento podría verse “ralentizado”.
La agencia no cuenta “con que vaya a declararse la independencia de Cataluña”. El problema radica, según S&P, en sí el Govern entrará en dificultades financieras. En ese caso podría haber un abandono financiero del Estado a Cataluña. Una situación que caldearía más si cabe la tensión política entre ambas instituciones.
Fuga de empresas
En esos casos, Cataluña se vería obligada a acumular atrasos de los pagos a sus contratistas e incluso a sus propios funcionarios, lo que generaría mayores enfrentamientos políticos y aceleraría una eventual recesión.
Con las cosas tal y como están en la actualidad, el mayor riesgo crediticio que S&P ve es que la tensión entre Cataluña y el Gobierno central dé lugar a un descenso sostenido de la confianza de empresas y consumidores y ahuyente potenciales negocios. Así ha ocurrido en las últimas semanas. Grandes empresas catalanas han decidido mudar sus domicilios sociales hacia otras regiones españolas.
Bono basura
S&P puso el pasado 4 de octubre en revisión con perspectivas negativas la calificación crediticia catalana, que actualmente está en B+ (bono basura), reflejando así la escalada del conflicto político.
Por su parte, la deuda española continúa con una calificación BBB+ (aprobado alto), con perspectiva positiva y con la expectativa de que se fortalezca el crecimiento económico.