El nuevo puerto deportivo de Barcelona, Marina Vela, costará más de lo previsto. Cuando está a punto de recibir los primeros barcos, que se espera que lleguen este mismo mes, se ha modificado el proyecto para incluir un restaurante de 1.500 metros cuadrados. Esto eleva la inversión inicial de 37 millones de euros hasta los 50 millones.

El espacio gastronómico estará situado en la bocana, lo que le permitirá tener una vista panorámica del mar, y tendrá forma de puente. Contará con dos terrazas, una inferior y otra situada en la cubierta. De momento todavía no se ha adjudicado a ningún grupo para su gestión, aunque el socio gerente de Marina Vela, Salvador Segura, desvela algunos posibles nombres.

Entre ellos se encuentran el grupo ibicenco Blue Marlin, el de Barcelona Carpe Diem, Costa Este –propiedad de los hermanos Bordas–, y el londinense Zuma, según informa este sábado Expansión. Además de este restaurante, el proyecto inicial ya incluía otros. El que se situará a los pies del Hotel W será para Tomás Tarruella, del grupo Tragaluz.

Está previsto que las obras terminen a principios de 2018, aunque el puerto se estrenará este mismo mes debido a la elevada demanda de embarcaciones. Los nuevos muelles contarán con 130 amarres y 222 plazas en la marina seca