¿Cuándo una carencia de hipoteca es una buena idea?

¿Cuándo una carencia de hipoteca es una buena idea?

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¿Cuándo una carencia de hipoteca es una buena idea?

Solicitar una prórroga en el pago de las cuotas tiene algunos riesgos que deben analizarse previamente

3 septiembre, 2017 18:23

Los préstamos hipotecarios pueden incluir alguna serie de facilidades que permitan cierta flexibilidad en los pagos. No es extraño encontrar las conocidas carencias de hipoteca, períodos que permiten a los clientes dejar de pagar parte o toda la cuota del crédito durante un determinado plazo de tiempo.

Como todo, la carencia hipotecaria tiene su lado oscuro que debe ser valorado, pero también puede servir para sortear un momento de apuro económico sin desatender los pagos del préstamo, indican desde el comparador de hipotecas HelpMyCash.com.

¿Qué es realmente una carencia de hipoteca?

Según la manera en la que se desarrolle la carencia --la prórroga en el pago de las cuotas hipotecarias--, se pueden encontrar diferentes tipos.

Una carencia de capital permitirá no pagar la parte correspondiente al capital durante el tiempo acordado. Pero, ojo, esto no quiere decir que no se abone nada; en las cuotas que se pagan cada mes, una parte correspondiente al capital y otra a los intereses del préstamo. Si se selecciona una carencia parcial, se aplaza el pago del capital, pero se sigue pagando una parte de la cuota.

Si de opta por una carencia total, simplemente se prorroga el pago de la deuda durante el tiempo que se acuerde con el banco.

No es extraño encontrar en el mercado hipotecas que comienzan con períodos de carencia, dado que al entrar a vivir en un nuevo hogar se dan una serie de gastos importantes, como realizar reformas o amueblar la casa.

¿Cuesta dinero la carencia?

Una cosa es que el banco diga que la carencia va incluida en el contrato y que, por lo tanto, su ejecución sea gratuita y otra cosa es que no cueste nada. Cuando se indica que viene recogida en el contrato, debe entenderse que lo que no cuesta es activarla (en caso contrario, además habría que pagar una novación), pero realmente sí que se va a experimentar un sobrecoste en la hipoteca por haber usado la carencia.

En tanto que no se avanza en los pagos del préstamo, estos se acumulan y no serán perdonados. Puesto que no se avanza la reducción de la cuota, se generan intereses sobre el dinero que se debe, por lo que si se usa una carencia, se terminará devolviendo más dinero al banco que el inicialmente previsto.

Riesgos de solicitar esta prórroga

No conviene lanzarse a solicitar una carencia hipotecaria sin haberse planteado, en primer lugar, los riesgos que esto acarrea.

Aumenta el coste: como ya se ha comentado, al no avanzar en los pagos, los intereses se incrementan dando lugar a un coste total superior.

La cuota aumenta de golpe: cuando la carencia hipotecaria llega a su fin, las cuotas aumentan.

Más cara al principio del préstamo: precisamente cuando más necesaria resulta la carencia y cuando más se suele ofrecer es al inicio de préstamo, dando lugar a un aumento superior del precio que si la hiciéramos más adelante en el tiempo. Esto resulta del hecho de que al inicio de las hipotecas la cuota se compone principalmente de intereses y, en menor medida, de capital, algo que se irá invirtiendo conforme se avance en el tiempo y es lo que se conoce como sistema de amortización francés.

Antes de pedir una carencia se puede intentar negociar otras vías con las entidades como, por ejemplo, alargar el plazo de la hipoteca, algo que puede rebajar considerablemente las cuotas del préstamo.