Lleida.net prevé superar sus pérdidas este año. La compañía catalana de certificados digitales repite su promesa tras encadenar dos ejercicios en números rojos desde que entró en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) en julio de 2015. No solo cerró las cuentas en negativo el año pasado y el anterior, sino que las multiplicó por más de tres en ese periodo.

Su consejero delegado, Sisco Sapena, asegura que la situación se revertirá en 2017. “Llevamos cuatro trimestres con ebitda positivo”, explica, por lo que esperan dejar atrás las pérdidas. El impulso internacional que les dio convertirse en empresa cotizada y el auge de las fintech han empujado su negocio.  

Comunicaciones certificadas

Los certificados digitales se han convertido en la base del negocio de Lleida.net. Desde que sus tres socios fundadores la levantaron como proveedor de internet hace 22 años, la compañía ha evolucionado y ha encontrado su sitio en el sector tecnológico. El punto de inflexión fue conseguir la autorización de los organismos competentes para convertirse en operadora de comunicaciones.

Fue en 2005, y, desde entonces, el panorama ha cambiado. Sapena, el único de los tres socios que continúa con un papel activo, describe su empresa como una “pequeña multinacional de bolsillo”. “Certificamos comunicaciones por mail, SMS, etc; las hacemos oficiales”, afirma.

Entre sus clientes se encuentran desde los abogados que necesitan enviar un email certificado al mes, pasando por reclamaciones de empresas, y hasta grandes eléctricas que ofrecen contratos digitales. “La moda fintech nos favorece; requieren servicios como los nuestros”, asegura el CEO. La compañía ha encontrado en las tecnológicas del sector financiero una mina de clientes. Pero su negocio inicial, en 1995, no iba por este camino.

“Éramos un proveedor de internet, y fuimos evolucionando, del hosting a los chats, hasta que vimos que había un nicho en las telecomunicaciones y conseguimos la autorización de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones”, explica.

Aprender a ser cotizados

“En los últimos dos años, hemos aprendido a ser cotizados; son muchos cambios, empezando por la profesionalización de la gestión interna: yo, por ejemplo, he pasado de ser el emperador a ser el alcalde”, explica Sapena. Llegaron al MAB con una ampliación de capital de cinco millones de euros.

Sus planes de futuro más inmediatos incluyen dedicar esfuerzos a África subsahariana desde Dubái, donde han entrado recientemente. Entre los objetivos también está América Latina, explica Sapena, aunque todavía se encuentra en un estado embrionario.