Josep Miquel Abad, el director general de El Corte Inglés en Cataluña, evita toda relación con Víctor del Pozo en sus comunicaciones formales y en sus frecuentes visitas a Madrid. De hecho, el directivo catalán (que fue la pieza clave del COOB en las Olimpiadas de Barcelona 1992) sigue reportando de forma directa con el presidente, Dimas Gimeno, y el consejero Florencio Lasaga, los dos pesos pesados de la organización y designados en sus puestos por el fallecido fundador, Isidoro Álvarez.
Josep Miquel Abad parece puentear el nuevo rol de director general de Víctor del Pozo. Este ejecutivo es el nuevo hombre fuerte en el ámbito de gestión operativa de la compañía. Su cargo ha sido impuesto y está dirigido por las hermanas Álvarez, accionistas del grupo comercial, lo que ha provocado los últimos movimientos para intentar desbancarle de su puesto, según revelan a Crónica Global fuentes internas de la máxima solvencia.
Muestra de gestión con los atentados
Imagen de un kiosko de las Ramblas de Barcelona al día siguiente del atentado yihadista / FOTO: EFE
Las mismas fuentes aseguran que los más recientes ejemplos del vacío de Abad a Víctor del Pozo se han producido en el propio flujo de información y en las actuaciones de la delegación catalana frente a los recientes atentados de Barcelona, que han afectado especialmente al centro de Plaza Cataluña. El responsable de El Corte Inglés en Cataluña ha demostrado una vez más su pericia, su interlocución y su maestría local ante sus jefes Gimeno y Lasaga. El establecimiento del grupo de grandes almacenes del centro de la Ciudad Condal se convirtió en una especie de hospital de campaña y centro logístico en las horas posteriores al ataque terrorista. La compañía ha evitado sacar pecho de la actuación que sus empleados y cuadros intermedios llevaron a cabo en el apoyo inmediato a servicios de emergencia y policía.
Internamente, en la estructura de gestión de Cataluña se considera que la actitud de Abad es de alto riesgo. De hecho se prevé que Víctor del Pozo sea incorporado al máximo órgano de gobierno del grupo en la reunión del consejo de administración que tendrá lugar mañana antes de la junta de accionistas anual, que se celebra en la Fundación Ramón Areces de Madrid. De concretarse esa designación su poder irá en aumento como representante en la gestión de las dos hermanas que son hijas adoptivas de Isidoro Álvarez.
Inmaculada hoja de servicio
En otros ámbitos de la organización también se da por hecho, en sentido contrario, que Abad tiene un currículum y una hoja de servicio en El Corte Inglés (ECI) que le otorgan la máxima confianza de Gimeno y Lasaga. Otros directivos entienden, en clave más personal, que Abad solo continúa por lealtad a Isidoro y a sus sucesores más próximos (Gimeno y Lasaga) y que nunca ha considerado que el papel de la hermanas Álvarez deba ser mayor que el de meras accionistas. De igual manera, Abad estaría entre el grupo de los altos ejecutivos de ECI que considera irresponsable la situación actual de gobernanza del gigante de grandes almacenes.
Abad ha resistido el primer envite del tándem Del Pozo-hermanas Álvarez contra él. La llegada triunfal de Jordi Valls Capell desde Madrid, que fue anunciada a finales de julio de manera interna, para proceder a su relevo ha sido frustrada a los ojos de todos. La operación, al final, queda en un simple entrenamiento interno para que Valls pueda dirigir en un futuro otra región, que nunca será Cataluña. Todo el revuelo interno producido lleva a que algunos de sus directivos hagan una lectura hilarante de los acontecimientos: “Así son las cosas en El Corte Inglés, de ser director general nacional de tiendas de cercanía, conveniencia y gasolineras pasará a ser un chico en prácticas y aprendiz de Abad”.
Voluntad de convertirse en CEO
De izquierda a derecha: el jeque Hamad Bin Jassim junto a Dimas Gimeno, Marta Álvarez y Cristina Álvarez / EL ESPAÑOL
Las luchas de poder entre las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil, hijas adoptivas del fundador, y el resto del establishment de ECI, la vieja guardia liderada por Florencio Lasaga; el presidente Dimas Gimeno; los expulsados Areces; y el nuevo inversor catarí han puesto el foco sobre Abad y su poder en el virreinato catalán. Esa escaramuza se habría producido en plena lucha por la entrada de Del Pozo en el consejo de administración y su carrera hacia la designación como consejero delegado plenipotenciario de los grandes almacenes.
Fuentes de la organización realizan un curioso paralelismo de la acontecido con la situación política entre Cataluña y el resto de España: “Todo parece indicar que Cataluña se resiste a la toma de control de las hermanas Álvarez y de su hombre fuerte, Víctor del Pozo; y Abad se mantiene atrincherado en su territorio --el segundo en valor y volumen de negocio, solo por detrás de Madrid-- al legado de Isidoro Álvarez”.