La juventud, ese episodio cronológico al que todos quieren pertenecer y del que muchos se resisten a salir, está hoy en día cada vez más difuminado. ¿Quién merece ser tildado como joven y quiénes deben dejar su trono a la siguiente generación? La opinión variará en función de nuestro interlocutor. A ojos de la banca, nuestra juventud termina a los 31 años y eso en el mejor de los casos. En muchos otros, a partir de los 25 podemos despedirnos de nuestra lozanía. Y más nos vale estar preparados, porque lo contrario implicará asumir, repentinamente, el pago de comisiones.

La mayoría de los bancos comercializan cuentas para jóvenes que, entre otras ventajas, suelen compartir dos características: no tienen comisiones y no requieren vinculación obligatoria. Pero en el momento en el que superamos la edad tope, las ventajas se esfuman, la cuenta se transforma y las condiciones cambian. A partir de entonces, para seguir sin pagar comisiones normalmente hay que cumplir una serie de requisitos de vinculación como domiciliar una nómina y/o varios recibos.

EVO Banco, Bankia, CaixaBank y Bankinter fijan la edad tope para disfrutar de sus cuentas jóvenes en los 25 años, aunque en el caso de Bankinter la cuenta solo es contratable hasta los 22 años, aunque pueda mantenerse hasta los 25. BBVA, Kutxabank y Abanca sitúan la línea en los 29 y Santander alarga la juventud de sus clientes hasta los 31 años, informan desde el comparador de cuentas HelpMyCash.com.

¿Cómo luchar contra la edad?

Dejar de ser joven a ojos del banco no implica que tengamos que resignarnos y cumplir toda una serie de condiciones nuevas o en caso de no hacerlo pagar comisiones. Existen cuentas en el mercado libres de ataduras y gratuitas que no entienden de edades. Hay que buscarlas, sobre todo, en la banca online.

Se trata de cuentas sin comisiones y sin requisitos de vinculación, con transferencias o retiradas de efectivo sin coste, y con las tarjetas gratis. Su principal ventajas es que están disponibles tantos para clientes jóvenes como para aquellos que, a ojos de la gran banca, han dejado de serlo. Se gestionan, por lo general, íntegramente a través de Internet o del móvil y no requieren desplazarse a una oficina.

Sin comisiones

Algunos ejemplos son la Cuenta Corriente Open de Openbank, la Cuenta Activa de ActivoBank, la cuenta corriente de imaginBank o la Cuenta Self de Self Bank, todas ellas sin comisiones, sin vinculación y con las transferencias y las tarjetas gratis.

Algunos de los grandes bancos también han copiado lo que hasta hace poco era un producto exclusivo de la banca online. Es el caso de Bankia cuya Cuenta ON no requiere vinculación para estar exenta de comisiones o de BBVA, que comercializa la Cuenta Online, también exenta de gastos y con la tarjeta de débito gratis para los nuevos clientes.