Cuando necesitamos financiación, una de nuestras prioridades es conseguirla al mejor precio. Por eso, si vamos a solicitar un préstamo y queremos saber cuál será el coste que pagaremos, tanto en las cuotas mensuales como en total, es fundamental que nos fijemos en la Tasa Anual Equivalente (TAE).
Este indicador agrupa todos los costes que tendremos que asumir por disponer del préstamo: los intereses, las comisiones, los posibles productos vinculados… De hecho, es preferible que le demos más importancia a la TAE que al TIN (Tipo de Interés Nominal), ya que el segundo únicamente indica cuál es el interés aplicado. Tanto es así que es muy común encontrarnos con préstamos al 0 % TIN que, en realidad, son mucho más caros que otros con un TIN del 6 %, pero con una TAE inferior.
En cualquier caso, como indican desde el comparador de créditos HelpMyCash, aunque todos los préstamos tengan una TAE establecida, dependiendo del plazo y del importe que seleccionemos, podremos influir en el coste final que pagaremos.
La lección del ahorro crediticio
Una vez aclarado que el indicador que engloba todos los costes de un préstamo personal es la TAE, a continuación explicaremos cómo afecta el importe y el plazo que seleccionemos al precio final y al de cada cuota mensual que abonaremos por el crédito.
Antes de nada, debemos saber que a la hora de buscar y comparar entre diferentes créditos al consumo (en concreto, si lo hacemos por Internet), las entidades y prestamistas nos permitirán utilizar los simuladores online de sus páginas. Con esta herramienta podremos seleccionar el importe que deseamos y el plazo en el que queremos reembolsarlo y automáticamente se calculará el coste que pagaremos. Además, podremos utilizarla sin necesidad de comprometernos y de manera gratuita.
Dicho esto, lo primero que debemos tener presente es que cuanto mayor sea el plazo en el que reembolsemos el préstamo, más intereses se generarán y, por ende, más dinero terminaremos pagando. No obstante, aunque el objetivo sea pagar lo mínimo por el crédito, es prioritario que el plazo que escojamos se adapte a nuestra economía. Es decir, debemos devolver el dinero en unas cuotas que sean asequibles y no seleccionar plazos breves que quizá no podamos asumir. Esto podría llevarnos a caer en el impago de alguna de las cuotas, lo que supondría acabar pagando mucho más de lo que esperábamos.
Así, el objetivo principal es buscar el equilibrio entre ahorrar el máximo de dinero posible y, a la vez, cerciorarnos de poder hacer frente a todas las cuotas del préstamo sin que eso desestabilice nuestra economía.
Devolver un crédito en 2 años o en 6: ¿qué es más caro?
Una vez explicada la teoría, resulta necesario plasmarlo en un ejemplo práctico para entenderlo mejor. Pongamos que solicitamos un préstamo de 10.000 euros con una TIN del 8 %. En el caso de reembolsarlo en 2 años, pagaríamos un total de 10.854 euros. En cambio, si lo reembolsásemos en 6 años, abonaríamos un total de 1.770 euros, es decir, una diferencia de 1.957 euros.