Los inspectores de Cristóbal Montoro han puesto sus ojos sobre el conglomerado mediático perteneciente a Javier Godó Muntañola. La Agencia Tributaria está revisando el impuesto de sociedades satisfecho por la empresa, correspondiente a los ejercicios de 2011 a 2013. También analiza el IVA de los periodos de febrero de 2012 a diciembre de 2013.
La inspección del fisco se extiende a la sociedad matriz Grupo Godó de Comunicación y a las filiales La Vanguardia Ediciones, Catalunya Comunicació, Summa Servicios, Tisa Cable y Emissions Digitals de Catalunya.
Los ingresos caen un 4%
Al margen de las cuitas fiscales, el 2016 no fue muy satisfactorio para Godó. Las principales rúbricas de las cuentas arrojan sensibles recortes. Las ventas marcan las cotas mínimas en muchos lustros. Son consecuencia del retroceso de los ingresos publicitarios, amén de la crisis eviterna de La Vanguardia.
Godó registró una facturación consolidada de 167 millones, un 4% por debajo de los 175 millones anteriores. Es el guarismo más reducido desde 1998, cuando el consorcio comenzó a confeccionar estados contables consolidados. En dicho ejercicio, declaró un giro de 197 millones.
En toda la serie histórica, el año de mayor facturación fue 2007, con 333 millones. Desde entonces hasta 2016, el derrumbe de los ingresos alcanza un 50%.
Las entradas de 2016 incluyen la habitual subvención pública, cifrada en 944.000 euros, ligeramente inferior a la suma percibida el año anterior.
Beneficios y quebrantos
Tampoco fueron demasiado brillantes los resultados del grupo. Arrojan un excedente final de 4,5 millones, con un desplome del 54% respecto de los 9,8 millones de 2015. Las ganancias de doble dígito, que fueron la nota dominante en la pasada década, se han esfumado en la presente.
También los fondos propios experimentan un recorte y pasan de 163 millones a 160 millones. El año pasado, se distribuyó un dividendo de 6,6 millones.
Acaso la nota más destacada de las cuentas sea la entrada en números rojos de La Vanguardia, su mascarón de proa. Los resultados del diario pasan de 417.000 euros de ganancia a 905.000 de pérdida. En 2014 también hubo déficit, por importe de 2,4 millones.
De las restantes empresas, se movieron en terreno positivo Mundo Deportivo, que ganó 423.000 euros; Mundo Revistas, 240.000 euros; las filiales digitales, 121.000 euros; las emisoras de radio, 3,3 millones; y la gestora de la publicidad, 261.000 euros.
En el polo contrario, tuvieron pérdidas LV Magazine, 158.000 euros; la planta de impresión, 130.000 euros; y la sub-holding de la que depende la televisión 8TV, 1,1 millones.
En el catálogo de las participadas hubo algunos cambios. Godó satisfizo 1,7 millones para aumentar su cupo del 40% al 70% en la sociedad Yaencontré-Jahetrobat; y se desprendió del paquete de acciones que tenía en Wallapop Spain.
Mamandurrias y publicidad
Godó es desde hace muchos años el grupo más beneficiado por las subvenciones de las Administraciones catalanas. También es el más agraciado en la compra de ejemplares por parte de los organismos públicos. Y asimismo es el que recibe la porción más gruesa en el reparto de la publicidad institucional.
Las cifras son elocuentes. Entre 2011 y 2016, Godó ha ingresado 32,6 millones entre publicidad y subvenciones. En el mismo periodo, el grupo entero contabilizó unos beneficios acumulados de 22,4 millones.
La diferencia entre una y otra suma revela que si no fuera por el cordón umbilical que le une al presupuesto catalán, Grupo Godó habría sufrido unas pérdidas de 10,2 millones en dicho sexenio.
El consejo de administración de la compañía matriz está formado por Javier Godó Muntañola, sus hijos Carlos y Ana Godó Valls, más Josep Caminal Badía, Enrique Lacalle Coll y Luis Conde Moller.
Este órgano devengó una retribución de 2,3 millones, idéntica a la de 2015. También se mantuvo inamovible la paga de los miembros del comité de dirección, fijada en 968.000 euros.