“Airbnb no es un problema, más bien lo contrario”, afirma el eurodiputado italiano Nicola Danti, del grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D). “Me gustaría resaltar la necesidad de tener un marco jurídico europeo común donde se definan los principios generales de la economía colaborativa”, explica.
Para el eurodiputado, en el caso de Airbnb, la plataforma tiene que interactuar con el ayuntamiento en los asuntos que afecten al municipio, como, por ejemplo, el pago de las tasas turísticas. En este contexto, cree que una normativa común facilitará las relaciones.
Por el momento, el Ayuntamiento de Barcelona ha sancionado con 600.000 euros, el máximo que estipula la ley, a Airbnb por reincidir en su actividad ilegal de ofrecer en su página web pisos sin licencia turística. Si no manifiesta su voluntad definitiva de cumplimiento de la ley, volverá a sancionarlo con otros 600.000 euros.
El papel de las comunidades
“No todo puede desarrollarse en Bruselas”, comentó. “Las comunidades tienen también un papel primordial y para que lo puedan jugar tiene que quedar marcado por la normativa europea”, añade.
Entre las normas básicas para la economía colaborativa, el eurodiputado remarcó en un desayuno con periodistas este lunes, 26 de junio, que es necesario distinguir entre quién es profesional y quién no lo es, y definir así los derechos de los consumidores.
Danti subrayó que la economía colaborativa da oportunidades a otros sectores más desaventajados, a los jóvenes, mujeres y personas con movilidad reducida.
¿Por qué es importante una legislación única?
En su opinión, la economía colaborativa se encuentra “fragmentada” debido a la existencia de 29 legislaciones nacionales y la coexistencia de múltiples reglas locales y regionales.
“Sólo la UE puede librar esta batalla ya que ningún estado puede hacerlo por sí solo, porque estas plataformas abandonarían el país y se desplazarían a otros mercados”.
Tras la aprobación de la Agenda Europea para la economía colaborativa, Danti remarcó que “hasta el momento todos los problemas de la economía colaborativa se trataban en los tribunales. Finalmente, ahora será la política quien tome las riendas”.
Las protestas de Deliveroo
Este pasado fin de semana ciclistas y motoristas que trabajan para la app de envío de comida a domicilio Deliveroo han protestado en Barcelona por la precariedad laboral en la que se encuentran y han reclamado una mejora de las condiciones para poner fin a lo que ellos mismos consideran una forma de “esclavitud de la modernidad”.
Así, el eurodiputado expuso que Deliveroo no es una plataforma de economía colaborativa pues se trata de una intermediación de trabajo: “Esta plataforma lo que hace es una intermediación laboral”.