Transperfect en Barcelona se encuentra en estado de alerta después de que un juez de la Corte Suprema de Delaware (EE.UU.) haya decretado la venta forzosa de la multinacional de traducciones para poner fin al conflicto accionarial que vive la compañía como resultado del conflicto sentimental entre sus fundadores: Shawe y Elting. Si bien el juez ha decretado recientemente una mediación de 30 días para que ambas partes lleguen a un cuerdo y pongan fin al conflicto, la realidad no parece indicar que en las próximas semanas vaya a haber consenso.
Fuentes de los trabajadores de la empresa argumentan que una venta de la compañía presenta “demasiadas similitudes” con el polémico caso de la venta de LionBridge a H.I.G Capital, un fondo de capital privado. Venta que acabó con el cierre de los centros operativos de España y de Francia para deslocalizarlos en Polonia e India y se cerró por 360 millones de dólares, cantidad cuestionada entre los analistas estadounidenses por ser sensiblemente inferior a la esperada.
El Caso Lionbridge sienta un peligroso precedente sobre lo que supondría una venta forzosa de Transperfect. Un escenario que según fuentes cercanas a los trabajadores “pondría en peligro los 500 puestos de trabajo del centro de operaciones de Transperfect en Barcelona” y tendría “importantes consecuencias” para los 4000 empleados que tiene la compañía a nivel global.
Confrontación de posturas
Hoy por hoy las posturas de los dos fundadores de la compañía se encuentran a las antípodas la una de la otra. Phil Shawe apuesta por adquirir la parte de su socia y mantener el ritmo de crecimiento de Transperfect a nivel global. Acerca de la resolución judicial el mandatario ha afirmado que “nadie cree que la mejor decisión sea decretar una venta forzosa de una compañía privada, con ingresos, en contra de lo que opinan 2 de los tres accionistas mayoritarios”. Por su parte Liz Elting, cofundadora y una de las mujeres más ricas de Estados Unidos, aboga por la venta de la compañía para eliminar el problema de raíz. Según Elting la venta de la compañía sería “lo mejor que le podría pasar a la compañía, nuestros fabulosos empleados y nuestros maravillosos clientes” a pesar de contar con precedentes como Lionbridge que apuntan en sentido opuesto.
Falta de un comprador estratégico
En paralelo, las posibilidades de Transperfect de encontrar un comprador estratégico cada vez son menores después de los precedentes. Esto responde a que las grandes fusiones en la industria de los servicios de traducción son complejas de llevar a cabo a la vez que arriesgadas lo que resulta en menor atractivo para los inversores.
El capital privado es hoy uno de los potenciales compradores de Transperfect en el caso de que no prospere el periodo de mediación vigente. Prueba de ello es que los fondos de prívate equity se están moviendo de manera agresiva en los últimos años hacia las compañías de servicios de traducción e importantes firmas de este sector como Moravia, Welocalize, Semantix son propiedad en su mayoría de fondos de capital privado.
Un marco que deja en una situación delicada a los 500 trabajadores de Transperfect en Barcelona que ven cómo se suceden las noticias sobre el caso desde EE.UU. sin tener en cuenta su futuro y con sus puestos de trabajo en juego.