La tasa de actividad emprendedora (TEA) femenina a nivel mundial es del 11%, y en España, del 4,5%. En el mundo hay, aproximadamente, 128 millones de mujeres emprendedoras, 650.000 de las cuales son españolas. Así lo señala el último informe de la Red GEM sobre emprendeduría femenina del 2015.
“La conciliación y las dificultades para acceder a la financiación son los principales problemas con los que se encuentran las mujeres a la hora de emprender”, señala la profesora de Economía y Empresa de la UOC, Ana Isabel Jiménez-Zarco. “Las instituciones financieras no reaccionan de la misma manera si el proyecto está liderado por un hombre o una mujer” y añade “esto amplía el índice de abandono y la brecha de género”.
Queda demostrado en el estudio Women Entrepreneurs 2014: Bridging the gender gap in venture capital del Babson College, en Estados Unidos. Menos de un 3% de las casi 7.000 compañías que recibieron inversión entre 2011 y 2013 tenían a una mujer liderando el proyecto, como directora general o CEO.
“Se trata de las barreras que se encuentran para acceder a la financiación denominadas como second glass ceiling o segundo techo de cristal”, detalla la experta. El primero, explica, es cuando no se puede escalar más posiciones en una empresa por ser mujer.
¿Falta de confianza?
La economista constata que todavía hay ciertas creencias sociales, históricas y “demasiado” tradicionales que persisten, como por ejemplo, que las mujeres tienen un compromiso menor, más dificultades para gestionar situaciones de presión o que están menos enfocadas a la obtención de beneficios con sus negocios.
Según comenta la profesora no se trata de una falta de posibilidad de éxito sino de estereotipos y expectativas sociales “retrógradas”.
¿Qué perfil tienen?
Se trata de mujeres de entre 25 y 34 años con un nivel de formación superior. El 70% de las mujeres emprendedoras en España inician un negocio porque ven una oportunidad. “La mayoría han visto una posibilidad después de la crisis”, detalla la experta a Crónica Global. “Pero también hay casos en las que ven que ya no hay más proyección dentro de su actual empresa por el hecho de ser mujer o bien porque buscan conciliación”.
“A pesar de las dificultades, las emprendedoras españolas se sienten muy capacitadas para lograrlo”, expone la profesora de estudios de psicología y experta en psicología social de la UOC, Mireia Cabero.
Entre los proyectos preferidos por las mujeres a la hora de emprender destacan los sociales. "Las mujeres tienen unas competencias mucho más sociales que los hombres", corrobora Jiménez-Zarco.