Para mejorar la rentabilidad que ofrecen las imposiciones a plazo fijo una de las mejores estrategias de estos momentos es vincularlas a un activo financiero. Generalmente, están ligados a la bolsa por medio de una cesta o grupo de acciones. También a otros mercados, como son los derivados de las materias primas, metales precisos o incluso el índice de referencia europeo para constituir una hipoteca.

De esta manera, los titulares estarán en disposición de pasar de un interés anual en torno al 0,25% a acercarse hasta el 3% o incluso superarlo en las propuestas más agresivas.

Tijo fijo garantizado

Si hay una característica que define a esta clase de productos financieros es que en todas las situaciones están garantizados los ahorros con un tipo de interés anual y fijo.

Reúnen una serie de diferencias respecto a las imposiciones tradicionales que es conveniente valorar antes de contratarlos. Porque en este caso, sus plazos de permanencia son sensiblemente más elevados.

No pueden suscribirse por periodos muy breves ya que se presentan con una comercialización que ofrece una duración de entre 12 y 48 meses. Sin ninguna clase de anticipo en los intereses, ya que se reparten a su vencimiento. Factor que propicia que no sean objeto de cancelación y que de permitirse sería bajo una penalización muy fuerte. Hasta el punto que no será rentable desde ningún punto de vista.

Dos fórmulas

Hay dos modelos. Por una parte, están las imposiciones referenciadas que tienen una mecánica en su funcionamiento bien sencilla y que consiste en que a medida que el activo vinculado a la imposición se revaloriza más, irá a favor de los beneficios que recibirán un retorno a sus ahorros más satisfactorio.

Hasta hace algunos años estos productos estaban solamente ligados a la bolsa a través de una pequeña cesta de valores. Pero ahora se ha ampliado a otra clase de activos financieros, algunos de ellos tan innovadores como el oro o petróleo. Para que pueda recogerse el potencial de crecimiento que muestran estas herramientas para la inversión. No obstante, será necesario asegurarse de su buena evolución en los mercados financieros, para no tener alguna que otra sorpresa negativa durante la permanencia.

Depósitos combinados

Otra de las estrategias son los depósitos combinados, en donde cada una de las dos mitades de los importes invertidos van a parar modelos distintos. Por una parte, a una imposición tradicional que genere hasta un 0,75% de rentabilidad y con liquidación de sus intereses a su vencimiento. Presenta un plazo de permanencia con un horizonte temporal de entre seis y 12 meses para el tramo a plazo

Mientras que la otra parte de la inversión va dirigida a fondos de inversión. En donde se proporciona al cliente la oportunidad de seleccionar la cartera de estos productos financieros. Es decir, es él quien elige los fondos, no la entidad. Entre una amplia selección de todas las modalidades: fondos de renta variable, fija o incluso mixto, en función del perfil que presente el usuario bancario. Es el caso del Depósito Combinado confeccionado por Bankinter que integra a partes iguales un depósito a plazo fijo a un 0,5 % TAE, y un fondo de inversión. Presenta tres distintos niveles de riesgo que pueden seleccionados por los ahorradores en dependencia de los objetivos perseguidos. Se contrata desde 3.000 euros, con un plazo de permanencia de seis y 18 meses para cada una de las inversiones.

De similares características es la propuesta por la que opta la entidad online Oficina Directa. Este producto financiero se distingue porque el 50% de  la inversión va ligada a un depósito que ofrece un 0,75%, a uno plazo de 13 meses. Mientras que la otra mitad va destinada a una cartera de muy flexible de fondos de inversión. Destaca porque son admitidos los traspasos totales durante la vigencia del contrato.