Laura Urquizu, consejera delegada de Red Points, y una imagen de la sede central de la 'start up' tecnológica, situada en Barcelona / FOTOMONTAJE DE CG

Laura Urquizu, consejera delegada de Red Points, y una imagen de la sede central de la 'start up' tecnológica, situada en Barcelona / FOTOMONTAJE DE CG

Business

Laura Urquizu, CEO de Red Points: “No ver barreras de género ayuda a no sufrirlas”

Con más de 20 años de experiencia en el sector en cargos de dirección, su último hito ha sido cerrar la inversión de dos millones del principal fondo del sector, Mangrove Capital

18 junio, 2017 00:00

Laura Urquizu se unió a Red Points en septiembre de 2014. Tras una larga experiencia de más de 20 años en la alta dirección --en 2002 fue nombrada directora de organización, tecnología e inmovilizado y subdirectora general adjunta en Caja Navarra-- decidió pasar al otro lado y tomar las riendas de una compañía de nuevo cuño dedicada a la protección de marca, de derechos de autor y a la prevención de distribución de contenidos ilegales en línea.

El próximo 22 de junio participará en el encuentro Europe Female Founders, un evento que tiene como objetivo reivindicar la necesidad de que el continente cuente con más mujeres directivas en las compañías tecnológicas.

Urquizu dirige actualmente una empresa con sede en Barcelona que da empleo a 80 personas de 17 nacionalidades diferentes. El porcentaje es un 60% de hombres y un 40% de mujeres, una cifra que quiere mejorar a corto plazo. Reconoce que es complicado especialmente en el equipo tecnológico por la falta de perfiles femeninos, aunque en la compañía se bonifican los fichajes de mujeres.

¿Cómo fue su aterrizaje en una start up?

Fue el resultado de una travesía no buscada. Siempre fui muy pionera en puestos directivos. Con 35 años entré en el comité de dirección de Caja Navarra y en 2008 me vinculé en el ecosistema de start up tecnológico al encargarme del fondo de capital semilla de la entidad. Un vehículo que invirtió 60 millones en empresas de Barcelona, Madrid, Pamplona y el País Vasco. Hasta que Red Points se cruzó en mi camino cuando eran muy pequeños.

¿Qué tenia de especial Red Points?

Yo estaba de jurado en un concurso en el que se presentaron Josep Coll y David Casellas [los dos fundadores]. Me pareció una idea increíble, y eso que veía entre 400 y 500 start up al año. Les gusté mucho y me propusieron el cargo de consejera delegada desde el primer momento. Era una gran oportunidad porque se dirigían a un mercado que desgraciadamente es muy grande y lo hacían en el momento adecuado. No lo dudé y me lancé a la aventura. Estaba en el momento mental y vital perfecto para hacerlo.

¿Ha sufrido algún freno en su carrera por su condición de mujer?

Nunca. Aunque debo reconocer que no he tenido problemas de este tipo porque nunca he visto barreras por el hecho de ser mujer que no pudiera saltar. Siempre he creído que lo podía hacer todo y no sé si por la suerte de las personas que han estado a mi alrededor, que siempre me han animado, o por mi habilidad en saltarlas nunca me han frenado. Creo que el esquema mental de no ver barreras de género ayuda a no sufrirlas.

¿Es defensora del liderazgo en femenino?

Primero, seas hombre o mujer necesitas capacidad de liderazgo. En cuanto al liderazgo en femenino, es verdad que somos mejores en el trabajo en equipo. Somos más capaces de ver más allá del plano profesional del trabajador e intentar adecuar sus necesidades personales. Yo soy una líder bastante exigente, pero exijo esfuerzo a la vez que intento encajar las necesidades de los equipos y de las personas en su día a día.

Usted que trabaja con un equipo bastante joven, ¿cree que se mantienen los roles de género tradicionales?

Creo de verdad que empiezan a cambiar, por lo menos en las start ups tecnológicas. Al ser empresas jóvenes, de mentalidad abierta y fomentan el trabajo en equipo es más fácil que se impongan dinámicas de igualdad. En Red Point, cualquier comentario contra la diversidad se penaliza mucho. Y no creo que sea sólo aquí. Realmente creo que es una característica indispensable de las nuevas empresas.

Acaban de cerrar con Mangrove Capital, el principal fondo del sector, una inversión de dos millones de euros. ¿Con qué se queda de negociar con un gigante como el grupo de capital luxemburgués?

La experiencia ha sido muy buena. Tenía muy claro que les quería a Mangrove en el accionariado. Habían otras posibilidades sobre la mesa, pero le di mucha importancia a este fondo por su visión internacional. Sabía que nos ayudaría a crecer en el exterior porque se conoce que se involucran en las participadas. En el momento en el que tiene clara esta alineación, va bien. Claro que hubo momentos en que cada uno negociaba desde sus posiciones, pero el resultado ha sido muy positivo.

¿Cómo ve a Red Points en cinco años?

La veo claramente como la empresa número uno en la protección de la piratería en otras compañías a nivel global.

¿Cuál es el principal reto de la compañía?

Mantener un crecimiento tan eficiente y con una satisfacción del cliente tan elevadas como el actual mientras se crece en contratos, diversificamos en verticales y nos sofisticamos. Lo tenemos que hacer, ya que el mundo de la falsificación y de la piratería también se sofistica.

¿Nos podría explicar las nuevas tendencias en la piratería?

Ahora proliferan los sitios en los que sus ofertas parecen legales. Pero cuando aparece algún interesando les dirige a diferentes páginas web de productos falsos. Se pueden diferenciar por precio, producto y unidades. No se dirigen a personas que quieren comprar un bolso, sino a los compradores al mayor. Los productos falsos que se adquieren on line los suelen mandar desde países asiáticos.