El coste que hasta ahora debían pagar los usuarios de telefonía móvil por llamar, enviar SMS o conectarse a internet en itinerancia, más conocido como roaming, desparece este jueves, 15 de junio, dentro de la Unión Europea. Permitirá a los ciudadanos comunitarios utilizar sus dispositivos móviles en el resto de países de la UE "como en casa".
La llegada del fin del roaming en la UE se produce tras un largo y complicado proceso de negociación que ha durado casi diez años y que ha llevado a rebajar desde 2007 hasta ahora en casi un 90% el coste de las llamadas u otras comunicaciones móviles cuando se está en otro Estado miembro.
¿Qué países participan?
A partir de hoy, los europeos no pagarán por el roaming en ninguno de los 28 países de la Unión Europea: Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Chipre, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, España, Suecia y Reino Unido.
Además, está programado que se añadan más tarde los países del Área Económica Europea (Islandia, Liechtenstein y Noruega) y algunas operadoras españolas han ido más allá y también incluyen otros como Estados Unidos en sus tarifas de "roaming como en casa".
Según la nueva normativa, las compañías tendrán que ofrecer un servicio de roaming al mismo precio que las comunicaciones nacionales a todo cliente que resida regularmente o demuestre un vínculo con el lugar en donde contrate la línea, como trabajo o estudios, aunque viajen periódicamente a otro Estado miembro.
¿Habrá limitaciones?
Sin embargo, las instituciones europeas también han incluido en la normativa una cláusula denominada de "uso razonable", que da a las operadoras un mecanismo de control para cobrar por este servicios en caso de que detecten posibles abusos o un uso anómalo del servicio contratado.
El operador tendrá que haber detectado un uso irregular de su tarifa, como por ejemplo que el consumo es mayor en el extranjero que en el estado de residencia, durante un periodo de al menos cuatro meses antes de iniciar el proceso contra un cliente por presunto "abuso".
Detección de abusos
Si la factura del cliente apunta que durante ese tiempo ha estado más en otro Estado miembro que en el propio o que ha consumido más datos durante sus viajes por la UE, entonces la empresa podría enviarle un "mensaje de alerta". Esta alerta dará un plazo de 14 días al usuario para justificar su situación de viaje o modificar sus pautas de consumo.
Asimismo, la legislación permitirá a los ciudadanos que residen cerca de la frontera disfrutar del roaming como en casa sin riesgo de superar ningún límite si su teléfono se conecta a la red nacional una vez al día. Así, añade que no importará que su teléfono se conecte a una red del país vecino de la UE, ya sea desde su propio país o porque pasa parte del día en él.
Muchos datos y precios bajos
La legislación también aborda la situación de las tarifas con gran cantidad de datos a precios bajos y permite al operador establecer un límite a los datos que puede usar el usuario fuera de su país, informando siempre al cliente de ello.
En todos los casos, este límite deberá superar la cantidad de datos que resulte de dividir el precio mensual sin IVA de la tarifa por el precio máximo por giga establecido para el mercado mayorista (actualmente en 7,7 euros) y multiplicarlo por dos.
Por otro lado, el usuario debe tener en cuenta que llamar desde España a otros países de la UE no es roaming, lo que significa que, por ejemplo, si un usuario telefonea desde Madrid a un familiar que está de vacaciones en París, el que llama desde la capital española tendrá que pagar un sobrecargo por llamada internacional aunque el que está en París no tendrá que abonar nada.