La plaza de Les Glòries, el Corredor Mediterráneo, la estación de La Sagrera y las líneas L9 y L10 del metro de Barcelona son algunas de las infraestructuras catalanas pendientes de terminar. Según Foment del Treball, el Gobierno tiene parte de la culpa, y es que los cálculos de la gran patronal catalana muestran que el Ejecutivo español invirtió en 2016 el 56,4% de lo presupuestado para Cataluña.
En concreto, estaba previsto que el Gobierno ejecutara 1.142 millones de euros en la comunidad autónoma, que recibió 643,9 millones, 498,2 millones menos de lo presupuestado. Según Foment, el gasto de los ministerios superó lo proyectado, mientras que el de las empresas públicas, en las que se concentran las inversiones, fue dos tercios inferior a lo planeado.
Entre los ejemplos que ofrece la patronal de infraestructuras en construcción estancadas se encuentran el Corredor Mediterráneo y los desdoblamientos de la N-II y la N-430. El anuncio de Rajoy de 4.200 millones de inversiones en Cataluña entre 2017 y 2020 peligra, según los constructores, ya que los Presupuestos Generales del Estado de este año aplazan las mayores inversiones para el final del periodo.