El concepto gentrificación está más de moda que nunca. La expulsión de los habitantes de un barrio por la revalorización de las viviendas ante la llegada de otro tipo de población se da en muchas ciudades. Barcelona es una de ellas y más de un millar de personas se han manifestado la tarde de este sábado en el centro de la capital catalana contra la especulación con la vivienda.
“Barcelona no está en venta” era su lema, se quejan de alquileres insostenibles y exigen medidas para terminar con la situación. En el caso de la Ciudad Condal, es el turismo masivo y el boom del alquiler turístico, entre otros factores, los que más han contribuido a esta subida de precios y las consecuentes dificultades de los residentes de mantener sus contratos.
Límite de precios
Los manifestantes han salido de la plaza Universitat a las 18.30 horas y han marchado por el centro de Barcelona. Entre los barrios más afectados por el fenómeno se encuentran Sant Antoni, Raval, Poble Sec y Gràcia. Ante una situación que consideran “insostenible” piden medidas como limitar los precios del alquiler, que ya se ha introducido en algunas ciudades europeas como Berlín.
Alargar la duración de los contratos a cinco años es otra de las actuaciones que esperan de la administración municipal. Según datos de BCNnoestàenvenda, la plataforma formada por entidades y sindicatos que ha organizado la manifestación, 150.000 familias encontrarán incrementos de hasta 300 euros mensuales en su alquiler una vez venza su contrato actual.
La protesta ha contado con el apoyo de la CUP de Barcelona. En ella se ha podido ver un gran buitre de cartón, en representación de la especulación inmobiliaria, así como capgrossos con casas de cartón en la cabeza.