La Comisión Europea quiere garantizar su futuro como unión económica y monetaria. Es por esta razón que el Ejecutivo comunitario ha presentado este miércoles, 31 de mayo, un informe que pretende anticiparse a la próxima crisis y en el que propone medidas financieras, fiscales y políticas para profundizar en los fundamentos de la UE tras el Brexit.
El documento plantea, entre otras iniciativas, la creación de un presupuesto y un Tesoro comunes, la instauración de un Fondo Monetario Europeo y el lanzamiento de eurobonos a largo plazo en la zona euro. Son propuestas que se han barajado en los últimos años, especialmente desde que estalló la crisis económica, y que la comisión quiere ahora concretar.
El plan tiene dos fases: una más urgente que prevé introducir cambios hasta 2019 y otra a largo plazo que prevé medidas más ambiciosas para 2025. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ya abogó por algunas de ellas en su intervención en la XXXIII reunión del Círculo de Economía la semana pasada en Sitges.
Una Unión “robusta”
El informe considera que la unión económica y monetaria de los miembros de la eurozona es “robusta” pero “incompleta”, por lo que apuesta por “fortalecer su arquitectura”. “A pesar de las notables mejoras, los grandes legados de la crisis persisten y los retos para la zona euro continúan”, indica el texto.
La mayor integración se tiene que producir en varios frentes. Uno es el presupuesto común, que funcionaría como medida anticrisis, aunque no duplicaría las funciones del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Las tres opciones que ofrece el Ejecutivo para esta partida comunitaria son: que se estructure como un esquema de protección de inversores en casos de desaceleración, un sistema de seguro de desempleo y un fondo con capacidad de endeudarse, ya que no estaría capacitado para hacer frente a grandes shocks.
Supervisión e independencia internacional
Bruselas también insta a la creación de un Tesoro comunitario, que funcionaría como un ente de supervisión tanto de los países de la eurozona como de los demás Estados miembro que no tienen la moneda única. La Hacienda europea se ocuparía también de gestionar el presupuesto común y de la emisión de eurobonos.
Estos bonos públicos serían, en un principio, sin mutualizar, aunque a partir de 2019 se plantearía cierto grado de mutualización, una medida que tiene una oposición histórica de Alemania. El Mecanismo Europeo de Estabilidad serviría de base para la creación de un futuro Fondo Monetario Europeo. El objetivo de esta propuesta es aumentar la independencia con respecto a instituciones internacionales y se ocuparía de gestionar los mecanismos de asistencia de liquidez a los países.