Jaume Alsina, presidente honorífico de Encofrados J Alsina, ha reorganizado su patrimonio personal. Ha ejecutado una ampliación de capital de 977.800 euros que eleva los fondos propios de la sociedad holding que controla con su esposa, María Carmen Casalduero, hasta los 3,1 millones.
El empresario indica que la aportación no ha sido económica. Ha llevado hasta Alduero, acrónimo de los dos apellidos del matrimonio, acciones de otras sociedades en las que participa en pro de la diversificación de inversiones entre las que divide su capital.
Históricamente ha tomado posiciones en campos tan diversos como el de la salud o el comercio, aunque la principal participación que gestiona la holding es la de Encofrados J Alsina.
Resultados
La compañía de Montcada i Reixach (Barcelona) creció de forma exponencial durante la burbuja inmobiliaria y se mantuvo a flote durante la recuperación. Cerró el ejercicio 2016 con una facturación de 71 millones de euros, mientras que la cifra neta de negocios del ejercicio anterior alcanzó los 60,3 millones según los datos consolidados ante el Registro Mercantil.
Planea alcanzar los 80 millones en el año en curso y alcanzar una cifra icónica, los 100 millones de euros, en 2019. Su plantilla alcanza las 700 personas y en los últimos años ha tomado posiciones en México, el Sudeste Asiático, India y Oriente Medio.
El consejo de administración de la compañía está ocupado por los cinco hermanos Alsina que están con vida. La familia sufrió un terrible suceso al protagonizar una de las crónicas negras empresariales de Cataluña. Joan Alsina, que también formaba parte de dirección, fue asesinado en unas extrañas circunstancias que la justicia no pudo resolver.
Consolidación de participaciones
Jaume Alsina indica que la ampliación de capital que ha ejecutado no tiene ninguna relación con los beneficios que anualmente reporta el grupo de la construcción. Es fruto de la consolidación de las participaciones que tenían repartidas en varias mercantiles en una sola sociedad para facilitar, llegado el momento, la transmisión de estas propiedades a sus descendientes.
El empresario también cuenta con un pasado político. Fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona por Unió Democràtica de Catalunya entre 1987 y 1995. Su faceta de servicio público la heredó su sobrina, Sònia Recasens, que se sentó en el mismo pleno casi 30 años más tarde y, hasta hace poco, con las mismas siglas políticas.