Las tarjetas de crédito se han convertido en uno de los productos crediticios más utilizados por los españoles. Tanto es así que en los últimos años cada vez se han emitido más. De hecho, el pasado año, batieron récord y superaron a los habitantes en España con más de 74 millones en circulación. Esto pone en entredicho el mito de que los españoles, comparado con el resto de los países europeos, son más reacios a usar tarjetas para realizar pagos frente al efectivo.
No obstante, desde el comparador financiero HelpMyCash indican que el conocimiento que tienen los titulares de los plásticos no siempre es profundo. De ahí que desde el comparador recalquen que es recomendable saber qué significan los dígitos que incorporan las tarjetas, cuál es su funcionamiento al realizar pagos con ellas y, sobre todo, qué utilidad se les puede dar para beneficiarse con ellas.
¿Cómo pueden beneficiar al cliente?
Una tarjeta de crédito no deja de ser un método para conseguir financiación. Es decir, se trata de una herramienta que permite disponer de un determinado importe de dinero al instante y devolverlo mediante diferentes modalidades como son el pago total, a principios del mes siguiente sin coste, y el pago aplazado, en cuotas mensuales con intereses.
Hay que tener en cuenta que disponer de este dinero implica asumir una deuda y, por este motivo, si se utilizan incorrecta e irresponsablemente, pueden acarrear grandes problemas de endeudamiento. Por ejemplo, si se usa para financiar compras y, pasados tres meses, apenas se ha reducido la deuda.
Esto ocurre porque muchas tarjetas de crédito incorporan el pago aplazado mínimo por defecto. Si, por ejemplo, se realiza una compra de 1.000 euros, con una TAE de un 23% y con el pago mínimo establecido (suele ser del 2% con un mínimo de 20 euros), habría que abonar una cuota de 20,61 euros durante 12 años para poder liquidar la deuda.
En este caso, el cliente terminaría pagando 2.885,59 euros por haber utilizado únicamente 1.000 euros. Por este motivo, es recomendable cambiar el método de reembolso a uno que se adapte mejor a la situación económica de cada uno.
¿De qué pasta están hechas las tarjetas?
Por otro lado, resulta interesante saber qué representan los 16 dígitos que tienen todas las tarjetas y por qué motivo están integrados en ellas. El primer número dice a qué industria pertenece la tarjeta (financiera, petrolera, aerolíneas, etc.). Los cinco siguientes junto con el primero son los que identifican la institución que emitió la tarjeta (Visa, Mastercard…). Los próximos 10 números especifican la entidad que la concedió y sirven para asociar las tarjetas bancarias con el número de cuenta y su titular.
Finalmente, el último número cumple con el algoritmo de Luhn y se utiliza como protección contra errores en los dígitos. Además de estos 16 números, también figuran los tres que aparecen en la parte trasera de los plásticos, llamados CVV (Card Verification Value), que se trata de un código de seguridad que se suele utilizar para realizar compras online.