El Gobierno vasco está decidido a facilitar el rescate de La Naval para garantizar la supervivencia del astillero. La Naval de Sestao es una compañia que desde hace meses atraviesa una situación empresarial muy delicada debido a las pérdidas acumuladas en los últimos años. Los accionistas junto a un grupo de inversores tienen que decidir en los próximos días qué apoyo financiero prestan al grupo para dar continuidad al proyecto. Una de las vías escogidas sería una ampliación de capital que inyectase fondos al capital social.
Estos días se están celebrando algunas reuniones para cuadrar una operación compleja, según recoge El Correo.
En ese marco, la participación del Gobierno vasco no sería directa en el capital, sino que se sumaría al grupo inversor con apoyo y subvenciones sustentadas sobre proyectos de investigación y desarrollo, hasta la concesión de créditos participativos. Fuentes del área económica han declinado realizar comentario alguno sobre sus intenciones, lo que a decir de otras fuentes muestra las dificultades que tiene su iniciativa, ya que chocaría con las restricciones impuestas por la Unión Europea a los estados miembros en materia de concesión de ayudas públicas y, de forma específica, a sectores como el de los astilleros que están sujetos a regulación específica.
La condición indispensable
El Gobierno es consciente de la situación que atraviesa la empresa, aunque siguen sin pronunciarse sobre cómo sería la ayuda. En cualquier caso, fuentes sindicales recuerdan que antes de la intervención del Ejecutivo, los accionistas deben recapitalizar la compañía y adoptar decisiones.
De los 1.840 puestos de trabajo que dependen de esta empresa, 215 lo hacen de forma directa, mientras que el resto proviene de subcontratación externa.