La banca ha movido ficha ante el anuncio del Gobierno de que renovará en breve la ley hipotecaria vigente en España.
El anuncio lo hizo este jueves, 27 de abril, el ministro de Economía, Luis de Guindos, tras conocer que la Comisión Europea ha decidido llevar al Estado ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por no transponer a tiempo la directiva de los créditos a la vivienda vigente.
“La nueva norma debe ser equilibrada y ayudar a las entidades financieras a prestar a 30 años vista a los que tienen ingresos medios o bajos, no solo a las rentas más altas”, manifestó en la presentación de resultados del primer trimestre el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar.
El ejecutivo mantuvo que la entidad que dirige tiene la “filosofía de financiar a toda la economía”, pero que para firmar un préstamo a largo plazo se requiere la certeza de que las normas no se cambiarán en mitad del partido: “Necesitamos seguridad jurídica para dar de forma responsable”.
Problemas, defectos y malas prácticas
Desde Banco Sabadell, su consejero delegado, Jaume Guardiola, defiende el “principio que el mercado hipotecario español es un buen mercado”. Pide que se valoren los resultados: “Las hipotecas son las más baratas y el porcentaje long to value [la ratio préstamo-valor] y la deuda viva respecto a valor de los activos después de la crisis, son de los más bajos de Europa”.
Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, en una imagen de archivo / CG
Guardiola reconoce que han surgido “problemas, defectos y ha habido, seguro, malas prácticas”. Pide que los cambios normativos que se implementarán desde el ministerio se centren en resolver estas cuestiones. “Que la nueva ley que adapte la norma europea arregle lo que se ha hecho mal”, sentencia.
Evitar medidas populistas
Gortázar, a su vez, avisa que un paso en falso en la legislación puede “generar mayor incertidumbre”. Y este escenario evolucionaría a “menos hipotecas y más caras”.
Es por ello que reclama evitar “medidas populistas”. El consejero delgado de Caixabank teme que la nueva norma no consiga el equilibrio deseado desde la banca. El sector financiero quiere esquivar otro escenario de impagos que ponga en riesgo toda la solvencia del sistema y le obligue a nuevas provisiones y recapitalizaciones, en el mejor de los casos.
Cartera crediticia de Caixabank y Banco Sabadell
Los créditos sobre clientes brutos de Caixabank ascendían a 227.934 millones de euros al cierre del primer trimestre, una variación anual del 11,3%. Esta magnitud tiene en cuenta la consolidación el pasado 1 de febrero de la entidad portuguesa BPI. Sin este efecto, el avance sería nulo.
Jaume Guardiola, consejero delegado de Banco Sabadell en una imagen de archivo / CG
En cuanto a Banco Sabadell, el stock de crédito se situó en los 142.349 millones de euros. Implica un avance del 1,27% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Las hipotecas representaban 31.285 millones de este capital, una magnitud que implica un descenso del 1,14% respecto al primer trimestre de 2016. El descenso se explica por la amortización. “Con las hipotecas a tipos tan absolutamente bajos, algunas personas han optado por el prepago”, explica Guardiola. Indica que es una tendencia nueva que variará sus previsiones en este sentido.
Hasta la fecha, el banco había estimado qué crecimiento neto del stock de hipotecas llegaría a partir de julio. “Somos muy prudentes ahora en afirmar que se repetiría”, sentencia.