La Agencia Europea del Medicamento podría acabar con al Torre Agbar. Así se incluye en la propuesta que el Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona entregarán a la Unión Europea para que la capital catalana compita con otras grandes ciudades del continente para convertirse en la nueva sede de la institución, que actualmente está en Londres.
Esperan que el emblemático edifico diseñado por Jean Nouvel les de enteros. Para ello, las administraciones públicas han sumado al propietario del inmueble a la iniciativa. La socimi Merlin Propieties se ha comprometido a parar el proyecto de reforma que había anunciado para transformar la torre en oficinas independientes hasta junio. El Ejecutivo europeo deberá resolver cuál es la ubicación ideal para la institución en ese momento.
Negociación con Merlin
La negociación entre las administraciones y el grupo de inversión cotizado se ha prolongado durante varias semanas. De hecho, fuentes del consistorio aseguran que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se reunió a principios de mes con el consejero delegado de la socimi, Ismael Clemente. La líder de BComú pidió al empresario que trabajara con los representantes públicos para definir el proyecto que esperan que sea ganador.
Clemente dio pistas del anuncio a principios de semana en un acto en Tomares (Sevilla). En un desayuno empresarial del Club de Directivos de Andalucía aseguró que la salida del Reino Unido de la Unión Europea generaba una “oportunidad fantástica” para España por la deslocalización de empresas y empleados que buscaran la libre circulación de personas y mercancías. Estas declaraciones dispararon los rumores en el mercado.
Firma del acuerdo
El pacto para postular la Torre Agbar como sede de la institución se ha firmado este viernes por la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, el responsable de Salut de la Generalitat, Toni Comín, y Colau.
Merlin Propieties es dueño del edificio desde principios de año. Pagó 142 millones de euros al grupo patrimonialista Westmont Hospitality Group (MHG) y el fondo andorrano Emin Capital para hacerse con el edificio tras el corolario de trabas municipales para transformar el inmueble en un hotel. Contaba con la licencia específica, pero el ayuntamiento nunca le llegó a otorgar la licencia de obras para que el operador de lujo Gran Hyatt transformarse la emblemática torre.