Acceder al mundo laboral. Es la misión (casi) imposible a la que se enfrentan los menores de 25 años con poca formación en España. Los jóvenes con estudios primarios e inferiores han visto reducir su tasa de empleo un 30% desde 2007, mientras que los que tienen estudios superiores la mantienen en el 60%.
Así lo refleja el informe Bajo nivel educativo, baja participación laboral, elaborado por la profesora titular de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, Begoña Cueto. “El desempleo juvenil en España es mayor que el paro general, pero pasa en toda la Unión Europea”, explica la docente. Y añade que “el paro juvenil siempre duplica la tasa media de desempleo”.
“La escasa experiencia, cómo desinhibirse en una entrevista laboral y la falta de vinculación en España entre los centros formativos y el mercado laboral podrían ser algunas de las causas”, detalla Cueto.
“El mercado laboral hoy exige mucho y es muy flexible”, comenta la profesora titulada de Sociología de la Universidad de Valladolid, Almudena Moreno. “Los jóvenes formados sufren menos aunque también les ha afectado, pero es verdad que la formación protege”, añade la también autora del estudio El reto de la Garantía Juvenil. ¿Una solución o un problema estructural?.
¿Por qué falla la Garantía Juvenil?
La Garantía Juvenil, el programa que busca combatir el paro entre esta generación de jóvenes, todavía no da soluciones concretas: “Las políticas activas de empleo y, concretamente, la aplicación de la Garantía Juvenil, no parece que estén dando los resultados esperados”, expone Moreno. De hecho, sólo llegan al 30% de los jóvenes españoles.
“No se ha dado una buena cobertura institucional del programa, los jóvenes no saben lo que es”, detalla la profesora titulada de Sociología. “A veces, lo comento con mis alumnos y tampoco lo conocen”. “Ha habido cierta desorganización, descoordinación y falta de modernización por parte del servicio de empleo público”, explica y añade que “parece opacidad pero es mala gestión”.
“Se ha informado por unos canales que tampoco son los que usan los jóvenes”, comenta Cueto. “Garantía Juvenil es un parche, no hay continuidad y no garantiza nada”, zanja Moreno.
Los jóvenes, un colectivo dañado
Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) 2017 han recortado el gasto en políticas de empleo el 4,8% respecto al año anterior, con una disminución del 7,6% de las prestaciones por desempleo y un aumento de las políticas activas que irá en su totalidad a sufragar las bonificaciones a la contratación por parte de las empresas.
A Garantía Juvenil se han destinado 2.360 millones de euros procedentes de la UE, a pesar de que, según señala el Tribunal de Cuentas, se han desperdiciado, pues la mitad de los jóvenes que se acogieron a este plan volvían a estar en situación de desempleo por la precarización de los trabajos ofertados.
Según ambas investigadoras, es muy difícil saber qué porcentaje de jóvenes recibe una ayuda a la inserción laboral o una oferta formativa a través del programa europeo.
Los PGE prevén una partida presupuestaria de 500 millones de euros para los jóvenes inscritos en el sistema europeo, aunque, hasta el momento, éste no concreta una medida para reducir la temporalidad.