La agencia española de rating Axesor prevé una caída del crecimiento económico por el descenso de la inversión empresarial. En su último informe, destaca que esta se ha reducido 10 puntos en la última década y que ha pasado de suponer el 31% del PIB, en 2007, al 21% actual. Además, España recuperará el PIB per cápita precrisis en la presente década (2020).
El informe La demanda de inversión en las economías desarrolladas constata que en España, país miembro de la moneda única, el principal síntoma de los problemas económicos es el bajo nivel de PIB por persona en edad de trabajar. Además, resalta que la inversión pública también ha caído un 60% respecto a los niveles precrisis.
No obstante, las empresas no financieras muestran una mayor capacidad de financiación y, cada año, su ahorro supera su inversión.
En 2016, la capacidad de financiación de las empresas aumentó el 16,6%.
La innovación es la fórmula del crecimiento
Según Axesor, el bajo o nulo crecimiento de la productividad en España está relacionado con la falta de innovación. Destaca que las políticas que favorecen el crecimiento a largo plazo tiene una gran inversión en I+D, tanto en sistemas tecnológicos como en formación de los trabajadores, y cita que “la economía española no destaca en ninguno de estos ámbitos”.
Pese a que España incrementó su presupuesto para I+D el 2,7% en 2015, el peso de este capital intangible sobre el PIB del país es solo del 1,2%, lo que sitúa a España como uno de los países europeos que menos dinero destinan a este fin.
Déficit de producción
El estudio también señala que los países desarrollados podrían tener un “déficit crónico de producción”. Además, avisa de los efectos "muy poderosos" del envejecimiento de la población sobre las variables económicas.
Además, el PIB real per cápita ajustado al poder de compra ha agrandado las diferencias. En Alemania, este indicador se ha elevado un 11% entre 2007 y 2016, mientras que en España ha caído un 8%. Con estos resultados, probablemente, España tendrá que pasar por toda esta década para poder recuperar la renta real por habitante de antes de la crisis.
Por otra parte, si una menor población en edad de trabajar se traduce en una menor tasa de crecimiento de la innovación, el crecimiento de la productividad también será más reducido en el largo plazo. Esto se traduce también en menores tasas de crecimiento del PIB, sino también de menores tasas de crecimiento de la renta per cápita, de forma que, con menores tasas de crecimiento del PIB, la deuda, tanto pública como privada, será mayor en términos relativos, por lo que será necesario ahorrar más.
Eurozona
Para la eurozona, Axesor cree que es fundamental que la economía se consolide con tasas de crecimiento que oscilan entre el 1,5% y el 2%, ya que la ausencia de demanda de crédito hace ineficaz la política monetaria.
El primer problema que debe afrontar la eurozona es la debilidad de demanda de inversión, que es insuficiente, y destaca que las empresas siguen invirtiendo a ritmos "muy bajos", a pesar de tener acceso a un crédito muy barato, lo que es "síntoma de incertidumbre en torno a la demanda, la fiscalidad y la regulación".