Cada vez hay más gente que empieza a torturarse al pensar todos los gastos que se tienen que afrontar. Aún más aún si se tienen deudas pendientes. Por ejemplo un préstamo personal vigente, las cuotas mensuales de la tarjeta de crédito, las facturas de los servicios del hogar atrasadas, la hipoteca, etc.
Lo que más preocupa a partir de este momento es si los ingresos serán suficientemente elevados como para pagar las cuotas de crédito y el restos de las deudas que queden pendientes.
En este caso, una de las mejores opciones a las que se puede recurrir es a la reunificación de deudas.
¿Cuáles son los beneficios de solicitar una reunificación de deudas?
El principal motivo por el que se puede decantar para solicitar una reunificación de deudas es reducir la cuota mensual --total-- que pagamos por todas ellas y, en consecuencia, alargar su plazo.
De hecho, según los cálculos realizados por la Agencia Negociadora, una reagrupación de deudas se puede llegar a pagar hasta un 80% menos en cada cuota.
Generalmente, cuando se solicita este servicio, una entidad financiera --nuestro banco-- cancelará todas nuestras deudas y emitirá un nuevo préstamo con el importe adeudado y un plazo mucho más elevado. De esta manera y como indican desde el comparador de préstamos HelpMyCash, se terminará pagando un importe final mayor, ya que se generarán más intereses, pero se podrá disfrutar de cuotas con un importe mucho más reducido.
Al fin y al cabo, es más importante que se pueda hacer frente a todas nuestras deudas sin que esto afecte a la situación económica, aunque el precio del crédito aumente.
No obstante, se debe de tener en cuenta que para obtener este servicio, lo más probable es que se exija garantía de pago, que suele ser una vivienda en propiedad.
Préstamos con garantía hipotecaria, un arma de doble filo
Ya se ha comentado cuáles son las ventajas al solicitar préstamos con garantía hipotecaria para reunificar todas las deudas. Sin embargo, es fundamental que se sepa a qué nos arriesga una persona si se decide pedir uno de estos productos.
En primer lugar, suelen tener un interés más elevado que los préstamos personales. Incluyen comisiones y otros gastos que pueden aumentar su precio considerablemente. Finalmente, si hay error en algún impago o si no se cumple con alguna de las condiciones del contrato, se puede correr el riesgo de perder la vivienda.
Por este motivo y porque al final se terminará pagando más dinero por las deudas hay que tener en cuenta cuál será la mejor decisión y tomarla en base a un presupuesto y cálculos previsores, que se hayan realizado de cara a afrontar la situación en la que uno se encuentre.
En cualquier caso, cabe destacar la justificación que hace BBVA acerca de las condiciones que integran estos préstamos: “Como es lógico, si se debe pagar una cantidad determinada y se reduce la aportación mensual, es normal que aumente el número de plazos, y por tanto que sea mayor la cuantía de capital dedicada al pago de intereses. Además, la reestructuración de la deuda tiene unos costes asociados derivados”.