Isolux Corsán se ha acogido al preconcurso de acreedores. La dirección del grupo, encabezada por Nemesio Fernández-Cuesta, confirma los rumores de los últimos días que señalaban que había fracasado en levantar una nueva inyección de capital de 400 millones de euros a los acreedores de la firma de ingeniería que garantizara su viabilidad.
Se protege de este modo de que un tercero le inste el proceso concursal por impagos y gana cuatro meses más para negociar con la banca. Si no, deberá declarar su quiebra. La decisión se ha tomado por unanimidad.
Capitalización de 1.400 millones
Banco Santander, Bankia y Caixabank son las tres entidades con las que intentaban llegar a un acuerdo desde finales de 2016. No participaba Banco Sabadell y otras entidades menores que tomaron el 30% de Isolux a mediados de diciembre a cambio de liquidar más del 65% de su deuda. Unos 1.400 millones de euros de 2.200 millones.
Se había acordado la capitalización del pasivo en julio. La cúpula de la empresa, encabezada en ese momento por Luis Delso y José Gomis, aseguró que sin la carga de la deuda la compañía podría proseguir su camino. Pero no se ha cumplido la previsión. La nueva dirección calculó que Isolux necesita entre 300 y 400 millones de euros para sobrevivir y se sentó con los acreedores cuando no se había cumplido ni un año del plan de rescate.
Además de reestructurar la deuda, el acuerdo con la banca implicó revisar la actividad interna. Se renovó la cúpula --saltaron Delso y Gomis, los directivos históricos--, se redujo la plantilla y se lanzó un programa de desinversiones de activos no estratégicos. Era la pauta para conseguir pagar el denominado tramo B del pasivo, unos 750 millones. Incluyó un parco eólico en Argentina y la filial de plantas fotovoltaicas T-Solar. Aún tiene el cartel de se vende en negocios como las líneas de transmisión eléctroca en Brasil, la división de aparcamientos, la filial de ingeniería y varios proyectos de edificación.
Nuevo aplazo del resultado del ejercicio
El órgano de gestión de Isolux no se ha limitado a solicitar el preconcurso de acreedores en el encuentro de este viernes. Ha decidido aplazar de nuevo la formulación de las cuentas de 2016. Asegura que no puede presentarlas dada la “importancia” que la negociación sobre la inyección de capital tiene sobre los resultados.
Mantiene la incógnita sobre el tamaño del agujero que existe en la compañía.