Cuenta atrás para la revolución que, en teoría, vivirá el sector ferroviario español. Probablemente a finales del año 2020, el mercado se liberarizará y dará paso a una clara mejora en el servicio. Así lo han asegurado este martes los expertos en el sector, en la mesa redonda bajo el título La liberación del transporte ferroviario en el horizonte 2020, en el marco de las jornadas Conectados al futuro.
En la mesa han participado el presidente de Renfe, Juan Alfaro; el de Alsa, Jorge Cosmen; el director del departamento de Viajeros de la UIC (Asociación Internacional de Ferrocarriles), Iñaki Barrón, y el presidente de Ferrocarriles de Cataluña, Enric Ticó.
Servicio óptimo
Para el presidente de Renfe, las empresas que prestan servicio tienen que prepararse para competir, a partir de entonces, en un entorno distinto al que están acostumbradas. No solo frente a competidores españoles, sino también internacionales.
Alfaro ha defendido el óptimo servicio que, en su oponión, ofrece cercanías en Cataluña. “La puntualidad de los servicios está en torno al 95% y, en media distancia, el 82%. El último cierre de febrero indica, además, que hubo un incremento de viajeros del 5,4%, un síntoma claro de la confianza que tiene en cercanías”. Unos datos en los que se ha apoyado para asegurar que el servicio está dentro de unos parámetros que consideran adecuados.
El presidente de Alsa, potencial candidato a operador tras la liberalización, ha recordado que no se trata de un proceso de privatización. “Es importante evitar todo lo que son murallas chinas” ha dicho, tras poner como ejemplo los casos italiano y alemán.
"No es la panacea"
Iñaki Barrón, director del departamento de Viajeros de la UIC –“la FIFA de los trenes”, según él--, ha lanzado un mensaje: este siglo tiene que ser competitivo y, si algo define al ferrocarril moderno es la capacidad. Afirma que la liberalización “no es la panacea, no resuelve el problema del ferrocarril ni del transporte” pero sí permitirá mejorar la relación calidad-precio para el cliente.
“Mientras, en Europa, poner un camión encima de un tren sea un drama, el ferrocarril lo va a tener complicado” ha afirmado Barrón, y ha añadido que mercancías debería tener más flexibilidad y que el cánon que pagan los operadores es una tasa única en europa que “limita mucho la posibilidad de competir”.
La última intervención ha sido por parte del presidente de Ferrocarriles de Cataluña, quien ha recordado que la liberalización es equivalente a un aumento en la competitividad. Ticó ha insinuado que, para él, se ha perdido la oportunidad de invertir en elementos que hubiesen facilitado el transporte de viajeros y mercancías.
¿Mejora del servicio?
“La apuesta inteligente hubiese sido mejorar las redes de cercanías. Construir y mejorar el acceso ferroviario a los puertos, que siguen con fuertes restricciones a esta conexión ferroviaria”.
El moderador de la mesa redonda y director adjunto del diario Expansión, Martí Saballs, le ha lanzado la pregunta clave: ¿El usuario notará una mejora tras la liberalización en su día a día? “Vengo de Manresa cada día y no cojo el tren porque iría más rápido en patinete. Para un trayecto de 60 kilómetros se tarda una hora y media. Lo mismo que hace un siglo y pico”. Ticó ha respondido con la misma contudencia: “En el ferrocarril, la magia no existe. Hace falta estabilidad e inversión”.