Los abogados han encontrado en los eSports, las competiciones de videojuegos, un nuevo nicho de mercado. Es un terreno nuevo, casi sin explorar desde el punto de vista legal, que ofrece a los bufetes tradicionales y también a los nuevos despachos un campo de especialización. Algunos juristas han optado incluso para adentrarse en el negocio como actor, ante las perspectivas de crecimiento tanto a nivel internacional como en el ámbito español.
En 2016, los ingresos de la industria en todo el mundo se quedaron cerca de alcanzar los 650 millones de euros; la inversión de marcas, sobre todo en patrocinio, se situó en torno a los 480 millones. Los duelos entre jugadores de videojuegos reúnen a millones de espectadores ante las pantallas para seguirlos en directo y, cada vez más, a entusiastas en estadios para ver las competiciones in situ.
Las cifras en España son más modestas, ya que los eSports no están tan desarrollados como en otros países, como Estados Unidos y Corea del Sur, el líder en este tipo de competiciones de videojuegos. Aun así, fuentes del sector aseguran que el crecimiento se sitúa alrededor de un 30% anual, hecho que lo hace atractivo a ojos de abogados y otros profesionales.
Asesoría legal
Hay varios temas especialmente sensibles en la industria y sobre los no existen precedentes o modelos a seguir, como los contratos de los jugadores, los patrocinios, la propiedad intelectual y los códigos de conducta de los clubes. Es por esta razón que un joven abogado de Barcelona, Álvaro Requena, decidió a finales de 2016 adentrarse en el mundo de los eSports junto con un compañero suyo. Uno está especializado en derecho deportivo y, el otro, en derecho digital.
“El despacho Ontier ha elaborado una guía legal, pero hay muchas situaciones y figuras jurídicas que no contempla la legislación actual”, explica Requena. Y es que no se trata de un deporte en sí, aunque la organización y las estructuras son muy similares, con clubes, ligas, sponsors, competiciones y jugadores. Wizards es un club español, nacido en 2002 y que cambió de dirección a finales de 2016.
Max Dalmau es ahora su presidente y cosocio, y explica que “cada vez hay más oferta legal para el sector, ya que la irrupción de grandes patrocinadores, como Orange, Vodafone y Movistar, lo hace atractivo en todos los campos”. Su club fue uno de los más relevantes en el panorama español e incluso participó en competiciones europeas. Ahora, intentan recuperar el liderazgo tras algunos años en los que ha perdido influencia.
¿Contrato laboral o prestación de servicios?
Wizards está compuesto por unas 60 personas, una cuarentena de las cuales son jugadores. En su caso, todos cuentan con un contrato laboral y cotizan en la Seguridad Social como cualquier otro trabajador. Tienen un sueldo fijo aunque los bonos por objetivos representan una buena parte del salario mensual.
Lo más habitual en el mundo de los eSports, sin embargo, es que los clubes fichen a sus jugadores en régimen de prestación de servicios, apunta Requena. Y es que la temporalidad es una de las características del sector que impide a muchos jugadores de videojuegos dedicarse a la competición profesional.
Requena y su compañero plantean ahora la creación de contratos estándar para la Federación Española de Videojuegos y eSports, que empezará a funcionar a partir de abril. Como ellos, cada vez más letrados se interesan en el fenómeno de las competiciones de videojuegos, atraídos por el crecimiento y las perspectivas de futuro del sector.