Cuando disponemos de una tarjeta de crédito emitida por nuestra entidad bancaria es muy habitual que realmente no conozcamos todas sus funcionalidades ni los servicios que incluye y que, de hecho, nos pueden ayudar a sacarle el máximo provecho.

En lo que se refiere a realizar pagos con estos plásticos, es muy común leer sugerencias o consejos en los que nos indican que no es recomendable realizar compras de gran envergadura con ellas, por el riesgo a endeudarnos. Evidentemente y como indican desde el comparador financiero HelpMyCash.com, nunca es conveniente utilizar una tarjeta de crédito para pagar grandes o pequeñas cantidades si no disponemos de suficiente solvencia como para reembolsar la deuda, ya que podemos entrar en una espiral de impagos. Además, siempre que podamos, es mejor realizar cualquier pago al instante y sin endeudarnos, ya que evitaremos dejar cabos sueltos que pueden salirnos muy caros si los posponemos constantemente.

No obstante, pueden sernos muy útiles si nos encontramos en una situación en la que necesitamos un extra de liquidez por un imprevisto, ya que podemos utilizarlas para salir del paso o, también, si queremos comprar un producto o servicio de un importe elevado, podremos devolver el dinero en cómodas cuotas mensuales.

Esto lo podemos conseguir gracias a las diferentes modalidades de devolución del dinero a crédito que nos ofrecen estos plásticos.

¿Pago inmediato, total o fraccionado?

Depende. Aunque sea mejor evitar retrasar los pagos, las tarjetas de crédito pueden ser de gran ayuda siempre y cuando conozcamos el funcionamiento de sus modalidades de pago y las utilicemos de manera responsable.

Así, la mayoría de los plásticos incluyen tres maneras de abonar el dinero que utilicemos. En primer lugar, si escogemos el pago inmediato, nos descontarán el importe de lo que hemos comprado al instante; en segundo lugar, mediante el pago total tendremos que devolver la cantidad íntegra de la compra realizada durante los primeros días del mes siguiente y; en última instancia, con el pago fraccionado devolveremos un porcentaje del monto en diferentes cuotas mensuales.

Si nos decantamos por alguna de las primeras dos opciones, no pagaremos intereses y únicamente devolveremos el dinero utilizado. En cambio, si escogemos el pago fraccionado, la entidad emisora de la tarjeta de crédito sí que nos aplicará intereses sobre el capital total.

Aunque la tercera modalidad incluye honorarios, puede resultarnos muy útil y cómoda si necesitamos comprar algún producto o contratar servicios que tengan un importe muy elevado que no podamos afrontar con nuestros ingresos en un único pago. No obstante, es fundamental que, primero, conozcamos el interés que nos aplicará la entidad, ya que, en algunos casos, puede ser muy elevado.

Conoce tu tarjeta y sácale el máximo provecho

Además de lo mencionado previamente, podemos sacar mucho más partido a las tarjetas de crédito. En general, todas incluyen descuentos en establecimientos asociados, programas de fidelización o de puntos, devoluciones al comprar determinados productos o servicios, seguros de viaje o antirrobo. No obstante, hay veces en las que no le damos importancia a estas ventajas e ignoramos las coberturas que ofrecen o todo lo que podríamos ahorrar con ellas.

Por este motivo, es importante que preguntemos y nos informemos sobre todos los servicios que incluyen, ya que pueden ser más o menos adecuados para nuestras necesidades. Además, estos factores pueden ser fundamentales a la hora de decantarnos por una u otra.

Finalmente, otro aspecto que debemos tener en cuenta es si la tarjeta es gratuita o no y, en el caso de que lo sea, si es necesario cumplir con alguna vinculación. Es decir, algunas entidades nos concederán el plástico sin ningún tipo de coste, otras también, pero si nos vinculamos con la entidad y, por último, algunas sí que incluirán una comisión por emisión y otra por renovación.