La banca ética es, al fin y al cabo, una banca. Eso sí, con unos planteamientos sensiblemente diferentes al sistema convencional que se canaliza a través de un conjunto de entidades que fomentan proyectos sociales a través de estrategias diversas.
Algunas se centran en los planes para la protección del medio ambiente y otras en acciones puramente sociales. En su modelo de negocio, lo social se impone a lo empresarial. Las convicciones o formas de pensar de los clientes son su razón de ser. Pasa por delante de la rentabilidad y es uno de los principales motivos por lo que el sistema bancario no se ha implementado con fuerza en el mercado español.
Sí que ha triunfado en Europa o Latinoamérica. En estas zonas existen gran cantidad de ofertas de productos financieros éticos. Por el momento, son muy pocas las entidades que cumplen con las exigencias mínimas para formar parte de este modelo empresarial.
Triodos Bank, la entidad independiente
Triodos Bank es una de las pocas que cumple el perfil. Se trata de una entidad independiente que se dedica a financiar empresas e iniciativas que no deben ser solo rentables. También deben mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de varias estrategias comerciales. Pone el acento, entre otras cuestiones, en las vinculadas con la conservación de los recursos naturales del planeta.
En cuanto a los productos financieros, se encuentran los más tradicionales. Se pueden pedir cuentas de ahorro, imposiciones a plazo fijo e incluso créditos hipotecarios. Presta dinero a un tipo de interés del Euríbor más el 1%, mientras que los productos para el ahorro ofrecen una rentabilidad del 0,10%.
En ambos casos, se trata de una diferencia en línea a las de la banca convencional.
Microbank del grupo La Caixa
Otra de las entidades más conocidas de este perfil es Microbank. Depende de Caixabank y ofrece servicios de microcrédito y financiación a emprendedores, microempresas y particulares con valor éticos, sociales y de respeto al medio ambiente.
Atiende tanto a personas en situación de exclusión social o con ingresos muy bajos como a proyectos ecológicamente sostenibles. Ofrece líneas de crédito diversificadas y hasta con mejores condiciones de contratación que los tradicionales.
Fiare Banca Etica
Fiare Banca Etica, por su parte, se dirige a proyectos de economía colaborativa y solidaria. Como hecho diferencial, expone sus principios de transparencia por medio de una serie de valores sociales. Entre ellos, el comercio justo o la lucha contra la exclusión social.
Por si algo destaca su oferta es la concesión de microcréditos a personas y áreas geográficas necesitadas.
Servicios de la banca tradicional
La banca tradicional también pone a disposición de sus clientes la oportunidad de contribuir a una causa social. Presenta diferencias respecto a las entidades éticas, pero guarda un cierto paralelismo en sus objetivos.
Están centrados básicamente en fondos de inversión, depósitos a plazo o tarjetas de crédito. Se diferencian de las tradicionales porqué mediante su contratación se favorecen políticas de ayuda a diferentes proyectos sociales. No como una concepción ética de los propios bancos, sino más bien para buscar nuevos nichos de inversión.
Fondos de inversión
De hecho, es ya una práctica habitual en la oferta vigente de las entidades financieras. Cabe mencionar productos como Aberdeen Global World Resources Equity Fund, que tiene como objetivo el retorno total a largo plazo invirtiendo parte de sus activos en empresas de recursos energéticos. Con un rendimiento desde primeros de año del 5,46%. Se debe tener en cuenta que su evolución durante los últimos cinco años ha sido negativa (- 4,31 %).
Pictet European Sustainable Equities es otro producto que sigue la misma línea. Un fondo de renta variable que se centra en acciones de sociedades europeas y que aplica los principios de desarrollo sostenible en sus actividades. Con un retorno sobre los ahorros que desde enero es del 0,70%. Si se analiza la evolución en los cinco últimos años, ha sobrepasado el nivel del 10%.
Tarjetas para apoyar a ONG
Las imposiciones a plazo, aun siendo muy habituales en las propuestas bancarias, permiten a los depositantes colaborar en los proyectos solidarios de la ONG que seleccionen. Presentan una mecánica muy sencilla que se basa en donar un porcentaje de la rentabilidad que se genera desde este producto financiero. Tiene una gran ventaja: las donaciones son deducibles fiscalmente.
Kutxabank o La Caixa son algunas de las entidades que comercializan este tipo depósitos y tarjetas de crédito con los mismos planteamientos pero con mayor aceptación de los bancos. Se ofrecen a los clientes con las mismas prestaciones que las tradicionales, pero con la colaboración con proyectos de ONG. Allí van destinadas partes de las comisiones que se cobran.
Una nueva cultura de relación entre la banca y sus clientes, que no deben renunciar a sus valores en cuestión de ahorro y gestión de las finanzas personales.