Repsol registró un beneficio neto de 1.736 millones de euros en 2016, frente a las pérdidas de 1.398 millones de un año antes, según ha informado este jueves la petrolera, que ha destacado que se trata del mayor resultado alcanzado en los últimos cuatro años.
Dicho beneficio, con el que la compañía bate previsiones, refleja la fortaleza y flexibilidad de los negocios, especialmente tras la adquisición de Talisman, y el éxito del programa de actuación puesto en marcha para responder a la caída de los precios del crudo y del gas.
Provisiones extraordinarias
Como consecuencia de todo ello, el beneficio neto alcanzó los 1.736 millones y fue superior en más de 3.100 millones de euros al del ejercicio 2015, en el que la compañía realizó provisiones extraordinarias ante la posible persistencia de un escenario de precios deprimidos del crudo y del gas.
El beneficio neto ajustado --sin las provisiones y otros asuntos no recurrentes--, que se situó en 1.922 millones, fue un 4% superior a los 1.852 millones obtenidos en 2015, ejercicio en el que se incluyeron resultados financieros excepcionales de 500 millones de dólares, derivados fundamentalmente de la posición en dólares que tenía la compañía tras cobrar la expropiación de YPF.
El resultado bruto mejora en un 18%
El resultado bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 5.226 millones, un 18% superior al obtenido en el ejercicio anterior, apoyado también en los ahorros derivados de los programas de eficiencia.
La capacidad de los negocios y el éxito de las medidas aplicadas (eficiencia, gestión de cartera y sinergias) permitieron reducir la deuda neta de la compañía en 3.790 millones, un 32%, situándola al cierre del ejercicio en 8.144 millones.
El ratio deuda neta sobre Ebitda mejoró un 42%, hasta situarse en 1,6 veces. Al cierre del ejercicio, la liquidez de la compañía ascendía a 9.300 millones.