Operación en ciernes con marcado acento nacional en la automoción francesa. El grupo PSA, la empresa que engloba las marcas Peugeot y Citroën, ha movido ficha para comprar a General Motors otra gran marca gala que se escapa de su control, Opel. También se englobaría en la transacción la marca espejo británica Vauxhall, el nombre que de la red de Opel en Reino Unido.
El rumor del inicio de las conversaciones ha ido in crescendo los últimos días. Las ha confirmado a Les Echos un portavoz de PSA en París. “Examinamos todas las posibilidades de cooperar de forma reguilar, incluso la compra de Opel”.
El mismo interlocutor señala que la posible adquisición está en una fase muy inicial. “En esta etapa no existe ninguna certeza sobre el cierre de un acuerdo”. Por ahora se plantea como una “extensión de la cooperación existente”. Son socios industriales en la fabricación en Europa de dos todocaminos urbanos, SUV, y un utilitario. Tres modelos con mucha aceptación en el mercado francés, un público muy fiel con las marcas de su país.
Superar el problema de masa crítica
Para la PSA, la compra de Opel le permitiría superar su actual problema de masa crítica. El sector de la automoción camina desde hace años hacia la convergencia de marcas bajo el paraguas de grandes conglomerados. Son los únicos que pueden soportar el peso de la inversión que requiere el desarrollo actual de un vehículo con grandes retos como la innovación tecnológica o la transformación eléctrica. El grupo francés tiene dificultades para sobrevivir en este escenario si no crece o acaba en manos de otra gran firma.
Además, se ganaría el apoyo social (e incluso público) por unificar los nombres más conocidos de la automoción gala bajo las mismas siglas, con permiso de Renault.
El gran hándicap de la operación es el coste laboral asociado. Tanto PSA como Opel fabrican en Europa. Los expertos del sector indican que las sinergias que se podrían conseguir si se unifican las firmas podría incluso implicar el cierre de alguno de estos centros de trabajo.
Consejo de vigilancia de General Motors
La filial europea de General Motors dejaría de perder dinero con Opel si se cerrara la operación. Los números rojos han sido una constante en la división que el año pasado vendió 1,1 millones de vehículos y facturó 16 millones de euros. En España, a lo largo de 2016 se vendieron 1,15 millones de turismos. El 11% más que el año anterior.
El consejo de vigilancia de la unidad europea de General Motors se reunirá en cuestión de días para analizar la marcha de la división en la que no se descarta que se tome alguna decisión sobre la posible venta de PSA. Los resultados anuales de la compañía se presentarán la próxima semana.