Los españoles pagan una media de 69 euros mensuales por los servicios contratados de Internet y teléfono, según pone de manifiesto el estudio Radiografía del consumo realizado por Fintonic. Como consecuencia de estas estimaciones, el desembolso anual es cercano a 900 euros por este servicio. En cualquier caso, es posible reducirlo con una serie de estrategias muy fáciles de aplicar. Para que de esta forma, contribuya a devolver mayor liquidez a sus cuentas de ahorro.
Para ello, será necesario analizar cuáles son las necesidades reales de consumo en los hogares y, luego, decantarse por las tarifas más competitivas. Con la ventaja añadida de que este sector es uno de los más liberalizados. Con propuestas de ahorro que llegan a superar el 40%. Una vez detectadas las necesidades, será el momento de emprender las acciones para reducir la factura telefónica. Con un amplio abanico de posibilidades que abarcan toda clase de estrategias. Desde la puramente comerciales o coyunturales, al cambio de hábitos de los propios usuarios.
Primera medida: elegir la oferta más competitiva
El mercado de telecomunicaciones genera ofertas de forma regular y bajo condiciones muy favorables. Solamente, habrá que averiguar cual es el uso que se hace de la telefonía para optar por los planes más económicos. Para ahorrar dinero puede formalizarse una tarifa de consumo mínimo, plana o vinculada a un servicio en especial –llamadas locales, nacionales o incluso internacionales–. De esta forma, los consumidores estarán limitando o incluso anulando todos los gastos que realizan desde su teléfono. Se estará en total disposición de rebajar la factura en casi la mitad de lo que se venía gastando hasta estos momentos.
Segunda medida: unificar la factura
Cada vez es más habitual que los hogares tengan contratados diferentes servicios con distintas operadoras. Es el momento para unificar todos estos gastos en un único recibo. Esta maniobra comercial conlleva importantes descuentos, hasta el punto que se puede tener más servicios por mucho menos dinero. Ofrecen múltiples opciones, siempre que se gestione con la misma empresa. Desde priorizar las llamadas más habituales, hasta vincular los móviles de toda la familia. Puede representar una bonificación cercana al 35% con respecto a las facturas independientes.
Tercera medida: establecimiento de llamada más barato
En buena parte de las ofertas, la diferencia de las facturas reside, no en las llamadas telefónicas, sino en su establecimiento. Bastará con repasar todas las propuestas para elegir la más económica. No será una diferencia muy importante, pero si se realizan muchas comunicaciones saldrá a cuenta. En estos momentos, el establecimiento de llamada es de unos 20 céntimos. Para rebajarlo, podemos suscribir tarifas de contrato que eliminan este desembolso. A través de promociones con un 20% de descuento, aunque solo serán válidas durante un periodo de tiempo en torno a 6 ó 12 meses.
Cuarta medida: utilizar redes alternativas
Puede aprovecharse aplicaciones de reciente implantación que permiten hacer uso de estas comunicaciones de forma gratuita. Skype, Whatsapp o Telegram son algunas de estas propuestas. Incluso a través de llamadas telefónicas sin ninguna limitación en cuanto a su utilización. Otra de las actuaciones, ya consolidadas por la mayoría de usuarios, consiste en mandar mensajes electrónicos en lugar de SMS. Como es conocido, estos últimos cuestan cerca de 10 céntimos, mientras que los nuevos competidores ofrecen el servicio gratuito.
Quinta medida: ofertas para nuevos clientes
El deseo de fidelizar a los nuevos usuarios esté llevando a que prácticamente todas las operadoras confeccionen tarifas muy económicas para ellos. Con todas las facilidades, les incluyen nuevas prestaciones y mayor capacidad en sus actuaciones por una tarifa de algo menos de 20 euros por los servicios más básicos –telefonía e internet–. No obstante, antes de firmar el contrato será necesario informarse sobre el grado de permanencia que exigen estas promociones. Porque en algunos casos será muy elevado y con importantes penalizaciones en su incumplimiento.
Sexta medida: cuentas bancarias que devuelven dinero
Sí, aunque parezca sorprendente, por medio de una cuenta corriente que admita las domiciliaciones de los recibos domésticos, se les devolverá a sus titulares hasta el 5% del consumo facturado. Aunque también será necesario que aporten su nómina y puede que otras exigencias adicionales. En cualquier caso, presentan limitaciones para el disfrute de los reembolsos, con un tope máximo todos los meses. Banco Sabadell, Santander, Oficina Directa y Openbank son algunas de las entidades que han decidido incorporar estos productos a su oferta habitual. Ampliada, en algunos casos, a otros recibos en el hogar –luz, gas, agua, etcétera–.