Cataluña necesita más empresas. En concreto, 16.600 nuevas compañías de entre 8 y 9 empleados, en un plazo inferior a tres años. Solo así conseguirá reducir el paro por debajo del 7%, a niveles precrisis, a la vez que aumenta la productividad y los salarios.
Esa es la receta de la Cámara de Comercio de Barcelona y los deberes que le pone al sector privado. “Es un ejercicio de coherencia” y “un objetivo realista y deseable”, ha considerado el jefe de estudios económicos de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Ramon Rovira, durante la presentación del informe “La contribución del sector empresarial catalán al crecimiento económico y al bienestar social”.
El escenario ideal
En el escenario ideal que plantea el estudio, estas 16.000 nuevas compañías tendrán con una dimensión media de 8,9 trabajadores --ahora la media es de 8,7 asalariados--. Así se creará empleo a un ritmo del 2,1% anual, lo que generará unos 200.000 nuevos puestos de trabajo entre 2017 y 2020.
El sector empresarial deberá invertir 116.000 millones de euros por desempleado en el período 2017-2020. Esto equivale a una media anual de 10.119 euros por parado. Solo así se sostiene un crecimiento medio del 0,4% anual de la productividad del trabajo, la única forma de asegurar que la mejor marcha de la economía se traduzca en aumento de la renta per cápita y del consumo.
Recuperar lo perdido
La economía catalana ha perdido más de 42.800 empresas entre 2008 y 2016, un 14% de las 304.529 existentes al principio del período. La destrucción de las pymes ha sido aún más intensa, del 27,2%.
Si bien la proyección de crecimiento de la economía catalana es del 2,7% para 2017 según la Cámara de Comercio de Barcelona, el sector privado deberá propulsar esta expansión.
Si se crearan estas 16.000 nuevas compañías sólo se recuperaría un 38% de las empresas perdidas, pero supondrían la creación de 200.000 puestos de trabajo y reduciría el paro a la mitad.