El debate sobre el divorcio patronal en Catalunya avanza lento. Foment del Treball y Cecot se han reunido en una sola ocasión este enero, el mes que tienen de plazo para alcanzar un acuerdo sobre si continuar unidas o cada una por su lado.
El encuentro se celebró la semana pasada y organizarlo no fue sencillo. Tras discutir sobre las personas que encabezarían el grupo de trabajo, hubo reticencias en torno al día en que se debía celebrar e incluso sobre la ciudad. Se han superado a escasas jornadas del día 31, cuando vence el plazo establecido por parte de la junta directiva de la gran patronal catalana para completar la discusión.
Debate ‘cordial’
Los participantes indican que la cordialidad marcó el encuentro. Señalan que la tensión entre organizaciones se ha rebajado. Fuentes del entorno de las dos patronales aseguran que se ha dado más ante las cámaras que en el cuerpo a cuerpo. Asimismo, la constriñen a determinadas personas. “Nos conocemos todos desde hace mucho tiempo”, indican otros interlocutores consultados.
Muestra de ello es que el presidente de Cecot, Antoni Abad, asistió este lunes a la presentación del libro La historia de Foment del Treball, 1771-2011. El acto se celebró en la sede de la gran patronal en Barcelona y su presencia fue muy comentada en los corrillos. Él mismo se encargó de explicar que ha existido “cordialidad y buena voluntad para encontrar una solución”.
Gay de Montellà y Abad miden fuerzas
Todo ello, pocas semanas después de que midiera fuerzas con el presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà. El líder de la organización de Terrassa amenazó con presentarse a la presidencia de la gran patronal en las próximas elecciones, en 2018, y la junta directiva le marcó el calendario para decidir si se divorciaba o no.
Gay de Montellà quería prolongar el calendario para que el debate fuera más sosegado. Los miembros de la patronal le dieron un toque de atención al negárselo, aunque algunos sectores plantean ahora que no se debería ser tan rígido.
Debate político
El divorcio entre Foment del Treball y Cecot está marcado por las divergencias políticas. Mientras la organización de Terrassa es independentista e históricamente cercana a las tesis de CDC, la gran patronal ha sido la gran opositora del procés. La principal consecuencia de ello es la guerra por la representatividad que mantiene abierta con la Generalitat.
Con todo, estas discrepancias no entran en el debate actual. La cuestión que discuten es si la egarense está dispuesta a cumplir con la normativa de la gran patronal y se queda en Terrassa y su zona de influencia. Hay margen para determinar cuál es, pero sin llegar al territorio barcelonés tal y como ha ocurrido en los últimos años.