El reciente repunte de la inflación de la zona euro, que superó las expectativas del consenso del mercado al escalar en diciembre al 1,1%, su mayor nivel desde septiembre de 2013, se explica por el fuerte incremento de los precios de la energía y no se ha visto acompañada de una tendencia "convincente" de subida de la inflación subyacente.
Por esa razón el BCE considera que no ha llegado el momento de plantearse una reducción de sus medidas de estímulo, ni de subida de los tipos, que seguirán en el 0%, según ha explicado el presidente de la institución, Mario Draghi. También ha dicho, ante las críticas procedentes de Alemania, que hay que tener "paciencia".
De 80.000 a 60.000 millones
"No hemos hablado de tapering. No hemos discutido la reducción de nuestros estímulos en la reunión de hoy", ha señalado en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno del BCE, que ha decidido mantener los tipos de interés, así como las características de su programa de compra de activos, que a partir de abril reducirá su importe a 60.000 millones de euros desde los 80.000 actuales. "Confiamos en la implementación sin problemas de nuestro programa de compras", añadió el banquero italiano.
No obstante, el máximo responsable de la política monetaria del BCE reconoce que "llegará el momento (de reducir estímulos)" y cuando lo haga la institución mantendrá "una discusión y un análisis muy profundo sobre ello". "Pero aún no hemos llegado ahí", según Draghi, quien ha presumido de que los miembros del consejo de gobierno han considerado "de manera unánime" que las decisiones adoptadas "han sido la respuesta adecuada".
"Cada vez está más claro que (las medidas" han tenido éxito", dice Draghi en referencia a los datos de actividad económica y confianza, así como de creación de empleo, apartado que ha atribuido en gran medida a las políticas del BCE la creación de 4,5 millones de empleos en la eurozona en los últimos años.
Convergencia duradera
Sin embargo, a pesar de este "éxito", el presidente del BCE se ha visto obligado a dedicar buena parte de su comparecencia a explicar que la institución tiene como objetivo de estabilidad de precios en el medio plazo una tasa de inflación "cerca, pero ligeramente inferior al 2%", recordando que tiene que registrarse una convergencia duradera, además de sostenible por sí misma y para el conjunto de la zona euro.
"Los tipos bajos son necesarios hoy para que puedan ser más altos en el futuro. La recuperación de la zona euro va en interés de todos, incluida Alemania. Hay que tener paciencia", ha respondido Draghi a las posiciones que desde la principal economía de la eurozona demandan que el BCE deje de estimular la economía.