MRW ha estrenado el año con dos despidos de directivos que han alertado a la plantilla. Los trabajadores del grupo de mensajería alertan de una limpieza de ejecutivos de la etapa anterior, cuando la familia Frías se encargaba de la gestión. Francisco Martín Frías, modelo durante años del emprendedor en España, fue expulsado de la presidencia del grupo en el verano de 2012 junto a sus dos hijos. Sus sustitutos han sido incapaces de cerrar la herida que provocó cinco años y medio después del pacto accionarial.
Mariona Corrales, hija de otro de los socios fundadores del grupo, José Manuel Corrales, le sustituyó en el cargo. Esta familia controla el 74,66% del capital social de la firma a través de la sociedad Lutken SL. El 15,34% restante está en manos de los Rillo, otros fundadores, que lo vehiculan con la mercantil Ginlong SL. Los mismos interlocutores señalan que la participación no impidió que también se les apartara del día a día de la empresa hace casi dos años.
Renovación del convenio
En este impase, MRW alcanzó un acuerdo con los trabajadores para renovar el convenio colectivo. En el documento laboral se pactó una contención salarial a cambio de que no se practicaran despidos en 2016. Se autorizaba la salida de hasta el 8% de la plantilla en el ejercicio que acaba de empezar.
La cúpula ha aprovechado el año nuevo para despedir a dos empleados de la máxima confianza de los Frías. Se trata de la directora financiera, una histórica, y del responsable durante años del ámbito de envíos internacionales. Los portavoces de la compañía han declinado hacer comentarios sobre estas dos salidas.
Indemnizaciones altas
La sorpresa de los trabajadores fue mayúscula cuando no se aplicó ningún plan de prejubilación para estas salidas. Se han tramitado como dos despidos ordinarios, con las consiguientes indemnizaciones que chocan con la política de contención en los gastos que se aplica en el grupo.
Niegan que exista por ahora una caza de brujas en MRW, pero temen que empiece. También alertan sobre las consecuencias económicas de la medida y, en última instancia, que sea el preludio de una operación para abrir el accionariado de la empresa de mensajería una vez finiquitada la etapa Frías.
Falta de transparencia
Todo ello, entre críticas por la falta de transparencia en la gestión de la familia Corrales. Los últimos datos económicos que conocen (y que se han presentado en el Registro de lo Mercantil) son los de 2014.
El ejercicio se cerró con un descenso de la facturación, que se quedó en los 2,3 millones frente a los 3,2 millones del año anterior. La reducción de los gastos de personal y los vientos de cola financieros provocó un cambio drástico en el resultado. Se pasó de unas pérdidas de 5,4 millones a ganar 2,6. Se desconoce si la tendencia se mantuvo en 2015.